El fútbol brasileño, famoso por su creatividad y alegría en la cancha, enfrenta una nueva polémica. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha oficializado una medida que sanciona con tarjeta amarilla a los jugadores que se suban al balón durante un partido. Esta acción, considerada provocativa y antideportiva por el reglamento, también conlleva un tiro libre indirecto a favor del equipo rival.
El origen del conflicto: Depay en la final del Paulista
La medida surge después de un momento controversial protagonizado por Memphis Depay, delantero neerlandés del Corinthians, quien durante la final del Campeonato Paulista frente a Palmeiras, se subió al balón en señal de provocación. La acción generó una trifulca entre jugadores y, días después, la CBF publicó un comunicado formalizando la prohibición.
Memphis Depay alza la voz
La respuesta de Depay no se hizo esperar. A través de su cuenta en X, el exjugador del Barcelona criticó duramente la decisión:
“Vine a Brasil para experimentar de primera mano el jogo bonito. Ahora la CBF anunció que ningún jugador puede subirse a la pelota o recibirá tarjeta amarilla… La alegría y la pasión en la forma de expresarnos sobre el campo no debe tener límites”.
El atacante también aprovechó una rueda de prensa para reiterar su postura:
“No solo se juega al fútbol con los pies, también se juega con la cabeza. Tienen que hacer un mejor trabajo”.
Neymar también se suma a la crítica
Otro peso pesado que expresó su molestia fue Neymar, actual capitán del Santos, quien publicó en Instagram:
“El fútbol se está volviendo cada vez más aburrido”.
Ambos jugadores defienden el carácter expresivo y artístico del fútbol brasileño, que, según ellos, corre el riesgo de perderse bajo reglas demasiado estrictas.
La defensa de la CBF
En su comunicado, la CBF explicó que la nueva normativa responde a una recomendación directa de la Conmebol, que también ha instruido a los árbitros de la Copa Libertadores y Sudamericana a aplicar esta sanción. La entidad aseguró que la maniobra representa un riesgo físico y fomenta actitudes antideportivas que pueden provocar conflictos entre jugadores.
Incluso citó como precedente un partido reciente del Sudamericano Sub-17, donde dos jugadores —uno de Brasil y otro de Bolivia— fueron amonestados por realizar esta acción en momentos distintos.