Ken Tyrrell, el legendario fundador del equipo Tyrrell de Fórmula 1, revolucionó el automovilismo al demostrar que con pasión, visión y determinación se podía triunfar en la máxima categoría del automovilismo mundial incluso partiendo desde un modesto garaje de madera.
Conocido como el primer «Tío» de la F1, Tyrrell transformó su experiencia como propietario de un aserradero en una exitosa carrera en el automovilismo que lo llevó a conquistar tres campeonatos mundiales con Jackie Stewart y a descubrir algunos de los talentos más brillantes del deporte.
«Si quieres ganar carreras necesitas tener al mejor piloto del mundo», sostenía Tyrrell, quien demostró su ojo clínico para detectar talentos al impulsar las carreras de pilotos como Stewart, Jody Scheckter y Jean Alesi, entre otros. Su capacidad para identificar y desarrollar jóvenes promesas le valió el apodo de «Tío Ken».
Entre sus mayores logros se destaca la creación del revolucionario Tyrrell P34, el único monoplaza de seis ruedas que ganó una carrera de F1. Esta innovación técnica, aunque breve, demostró el espíritu pionero que caracterizó a su equipo.
A lo largo de tres décadas, el equipo Tyrrell conquistó 33 Grandes Premios y se convirtió en un símbolo de la era de los «garajistas», cuando pequeños equipos independientes podían competir y vencer a las grandes escuderías. Su legado inspiró a toda una generación de emprendedores del automovilismo, incluido Frank Williams.
«El automovilismo es una enfermedad. La única manera de deshacerte de ella es morir. Simplemente me encanta», declaró Tyrrell en sus últimos años, resumiendo una pasión que lo llevó desde un modesto aserradero hasta la cima de la Fórmula 1.
Ken Tyrrell falleció en 2001 a los 77 años, dejando un legado imborrable en la historia del automovilismo. Su antiguo garaje de madera, donde todo comenzó, se conserva hoy en Goodwood como testimonio de una época irrepetible en la que el ingenio y la determinación podían triunfar sobre los grandes presupuestos.