IMPACTO PANAMÁ
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Un movimiento que comenzó en una cafetería de Columbia Británica se está extendiendo por todo Canadá, donde varios establecimientos han decidido cambiar el nombre del tradicional «Café Americano» por «Café Canadiense» como respuesta a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
La tendencia se expande a México
La iniciativa ha cruzado fronteras y ha llegado hasta México, donde usuarios en redes sociales proponen alternativas como «Café de Olla», «Café Azteca» o simplemente «Café Mexicano» para sumarse a esta forma de protesta simbólica.
Esta reacción surge como respuesta a las recientes medidas arancelarias impuestas por el gobierno de Donald Trump, que han sido temporalmente suspendidas tras la petición de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
¿Un nombre justificado?
Los impulsores de esta iniciativa argumentan que Estados Unidos no es un productor significativo de café, por lo que el nombre tradicional no tiene fundamento geográfico. Sin embargo, algunos internautas han señalado que el término «americano» hace referencia al continente completo y no específicamente al país norteamericano.
El origen del café americano
La historia del café americano se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses desplegados en Italia encontraron demasiado fuerte el espresso local. Como solución, comenzaron a diluirlo con agua caliente y añadir azúcar para suavizar su sabor intenso.
Esta práctica fue considerada una ofensa por muchos italianos, quienes tradicionalmente apreciaban el espresso puro y sin modificaciones. A pesar de ello, la versión diluida se popularizó y se extendió por todo el mundo bajo el nombre de «Café Americano».
La tendencia de renombrar esta bebida refleja cómo las tensiones geopolíticas y comerciales pueden manifestarse incluso en aspectos cotidianos como el consumo de café, convirtiéndose en una forma de expresión cultural y política.
