La cuenta regresiva ha comenzado. El 14 de octubre de 2025, Microsoft dejará oficialmente de ofrecer soporte a Windows 10, un sistema operativo que aún utilizan cerca de 240 millones de dispositivos en todo el mundo. La compañía tecnológica intensifica así su apuesta por Windows 11, aunque la transición no será sencilla para millones de usuarios cuyos equipos no cumplen con los requisitos mínimos.
Sin actualizaciones de seguridad, aumentan los riesgos
Microsoft ha advertido que continuar utilizando Windows 10 tras la fecha límite expone a los usuarios a graves vulnerabilidades de seguridad. Sin actualizaciones, los dispositivos se convertirán en blancos fáciles para ciberataques, malware y otras amenazas informáticas.
Si bien algunas empresas tendrán la posibilidad de contratar un soporte extendido por un costo anual, esta opción no estará disponible para usuarios domésticos.
¿Por qué no todos pueden actualizar a Windows 11?
Uno de los principales obstáculos para la actualización es la incompatibilidad del hardware. Windows 11 exige, entre otras cosas, procesadores modernos y la presencia del módulo TPM 2.0, un requisito que deja fuera a millones de dispositivos relativamente recientes.
Según un informe de Lansweeper, el 43% de los equipos empresariales no cumplen con los requisitos técnicos de Windows 11, lo que refleja la magnitud del problema.
Opciones limitadas para los usuarios
Aquellos que no puedan actualizar tienen dos caminos: adquirir un nuevo equipo compatible o instalar un sistema operativo alternativo como Linux. Esta última opción, aunque viable para usuarios avanzados o técnicos, no siempre resulta amigable para el público general.
Por ahora, la posibilidad de extender el uso seguro de Windows 10 con herramientas de terceros o soluciones temporales es una realidad, pero no una solución definitiva.
Windows 11 sigue ganando terreno
A pesar de los desafíos, Windows 11 continúa avanzando. De acuerdo con StatCounter, en marzo de 2025 ya contaba con un 43% de cuota de mercado global, mientras que Windows 10 cayó al 54%. Parte de esta adopción se debe a que el 78% de los portátiles vendidos en 2024 incluían Windows 11 de fábrica, según datos de IDC.
Además, los nuevos procesadores de Intel y AMD están optimizados para aprovechar al máximo las funciones del nuevo sistema, como el asistente de inteligencia artificial Copilot, exclusivo para Windows 11.
Una decisión inminente
La fecha límite de octubre de 2025 se presenta como una disyuntiva inevitable para millones: arriesgarse sin soporte, invertir en un nuevo equipo, o cambiar de sistema operativo. Sea cual sea la elección, los usuarios deberán actuar antes de que el tiempo se agote.