En un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y los cárteles latinoamericanos, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha manifestado su postura, abogando por la cooperación internacional en lugar de la intervención unilateral. Desde Yakarta, la primera parada de su gira por el Sudeste Asiático, Lula hizo un llamado a la prudencia y al respeto por la soberanía de las naciones.
Las declaraciones de Lula se producen en un momento en que el gobierno estadounidense, liderado por Donald Trump, ha intensificado su ofensiva contra los cárteles, a los que considera organizaciones terroristas. Esta escalada incluye acciones militares en aguas internacionales, justificadas por la administración Trump como parte de un “conflicto armado directo”.
«Antes de juzgar a alguien, antes de castigar a alguien, hay que tener pruebas», enfatizó Lula. «No se puede simplemente decir que se va a invadir, que se va a combatir el narcotráfico en territorio ajeno, sin tener en cuenta la constitución de otros países, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía territorial de cada país».
El presidente brasileño ofreció una alternativa a la confrontación directa, proponiendo un diálogo constructivo y una colaboración estrecha entre Estados Unidos y los países afectados por el narcotráfico. «Si el presidente Trump quiere hablar de este tema conmigo, tendré el inmenso placer de discutirlo con él», afirmó Lula, dejando entrever la posibilidad de un encuentro durante la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Kuala Lumpur.
Lula abogó por un enfoque basado en el intercambio de información y la coordinación de esfuerzos entre las fuerzas policiales y los sistemas de justicia de cada país. «Es mucho mejor que EE.UU. esté dispuesto a dialogar con la Policía de nuestros países, con las comunidades de Justicia de cada país, para que podamos hacer algo juntos», declaró.
Las tensiones en la región se han intensificado en las últimas semanas, especialmente en el mar Caribe y el Pacífico, donde el Ejército estadounidense ha hundido varias embarcaciones en su lucha contra el narcotráfico. Estas acciones han generado críticas y denuncias por parte de gobiernos como los de Venezuela y Colombia, así como de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, quienes las consideran “asesinatos y ejecuciones extrajudiciales”.
La propuesta de Lula se presenta como una alternativa a la escalada militar y a la confrontación, buscando un camino de cooperación y respeto mutuo para abordar el complejo problema del narcotráfico. Su llamado al diálogo y a la colaboración podría representar un punto de inflexión en la relación entre Estados Unidos y América Latina en la lucha contra el crimen organizado. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estos acontecimientos y la posible respuesta del gobierno estadounidense a la propuesta del presidente brasileño.
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