El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó su previsión económica global este martes, destacando una mejora en las expectativas para Estados Unidos, mientras que redujo las proyecciones para Europa y China. La previsión de crecimiento mundial se mantuvo en un modesto 3,2% para 2024.
Estados Unidos: mayor optimismo
El FMI ahora espera que la economía estadounidense crezca un 2,8% en 2024, un ligero aumento en comparación con su proyección anterior del 2,6%. Este crecimiento sigue siendo impulsado por el fuerte gasto de los consumidores, respaldado por el aumento de los salarios ajustados a la inflación. Sin embargo, se prevé una desaceleración en 2025, con un crecimiento del 2,2%, a medida que el gobierno enfrente los déficits presupuestarios, implementando medidas como reducción del gasto o subida de impuestos.
Europa y China: expectativas más moderadas
En cuanto a Europa, el FMI ajustó ligeramente a la baja su previsión para los países de la zona euro, proyectando un crecimiento de 0,8% para 2024. A pesar de ser el doble del crecimiento de 2023 (0,4%), la cifra es inferior al 0,9% previsto en julio. La economía alemana, en particular, se ve afectada por la caída en los sectores manufacturero e inmobiliario, sin perspectivas de crecimiento para este año.
Por su parte, la economía china sigue sufriendo los efectos de la crisis inmobiliaria y la baja confianza de los consumidores. El FMI prevé que el crecimiento de China disminuya al 4,8% este año y al 4,5% en 2025.
Inflación en descenso
El informe también destaca una tendencia positiva en la inflación global, que pasará del 6,7% en 2023 al 5,8% en 2024, con una previsión del 4,3% para 2025. En las economías más ricas, la inflación caerá más rápidamente, acercándose al 2% en 2025, el objetivo de los principales bancos centrales. Según el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, la «batalla contra la inflación está casi ganada», lo que ha permitido a la Reserva Federal y al Banco Central Europeo reducir las tasas de interés tras las agresivas subidas para controlar la inflación.
Este escenario mixto refleja los desafíos y oportunidades en el panorama económico global, con una marcada diferencia entre las expectativas para las principales economías.