La próxima Copa Mundial de Fútbol en 2030 promete ser histórica, pero también controvertida. Por primera vez, el torneo se celebrará en tres continentes: Argentina, Paraguay, Uruguay, Marruecos, Portugal y España, generando dudas sobre el compromiso con los derechos humanos.
Críticas de Amnistía Internacional
Amnistía Internacional ha denunciado que la FIFA ha adjudicado el Mundial sin exigir una estrategia robusta de derechos humanos a los países organizadores. Stephen Cockburn, experto de la organización, calificó la decisión como una «adjudicación predeterminada».
Evaluaciones Desiguales
- Marruecos: Presentó un informe detallado, pero sin compromiso gubernamental real.
- España: No presentó ninguna estrategia de derechos humanos.
- Portugal: Entregó un informe general sin aspectos concretos.
Problemas Identificados
Los países candidatos enfrentan diversos desafíos:
- Marruecos criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo.
- España y Portugal registran problemas de:
- Falta de vivienda asequible
- Discriminación racial
- Posibles casos de abuso policial
Impacto Ambiental
Un aspecto adicional de preocupación es la huella de carbono. La FIFA estima que el torneo generará 3,5 millones de toneladas de CO2, poniendo en riesgo las metas climáticas globales.
Lecciones de Qatar
El experto de Amnistía Internacional destaca que la presión sobre Qatar provocó reformas laborales, aunque llegaron tarde para el Mundial de 2022. El objetivo actual es lograr compromisos vinculantes de los países organizadores.
Propuesta Alternativa
Stefan Gössling, profesor de Investigación Turística, sugiere realizar Mundiales continentales para reducir significativamente las emisiones de carbono.
La FIFA tendrá que enfrentar estas críticas y demostrar un compromiso real con los derechos humanos y la sostenibilidad en el Mundial 2030.