Trump ha lanzado un ambicioso plan arancelario que podría desencadenar una guerra comercial global, al anunciar que Estados Unidos impondrá impuestos equivalentes a los que sus socios comerciales aplican, incluyendo el IVA europeo en sus cálculos.
La Casa Blanca reveló que la nueva estrategia considerará múltiples factores para determinar los aranceles, incluyendo las tasas existentes de otros países, subsidios industriales, regulaciones y posibles manipulaciones monetarias. La administración espera que estos nuevos ingresos ayuden a reducir el déficit presupuestario de 1,9 billones de dólares.
El impacto económico podría ser significativo, considerando que solo el comercio entre Estados Unidos y Europa alcanzó 1,3 billones de dólares el año pasado, con un déficit estadounidense de 267.000 millones. Los aranceles propuestos superarían considerablemente las medidas implementadas durante el primer mandato de Trump.
La escalada de tensiones comerciales ya es evidente. Trump ha impuesto un arancel del 10% a productos chinos por la crisis del fentanilo, amenaza con gravámenes a Canadá y México, y ha eliminado exenciones en aranceles sobre acero y aluminio. Los socios comerciales afectados han preparado contramedidas: la UE, Canadá y México tienen listas represalias económicas, mientras que China ya ha implementado aranceles sobre productos estadounidenses.
Los expertos advierten sobre los riesgos económicos. Wells Fargo pronostica que los aranceles podrían frenar el crecimiento económico este año, provocando un «modesto choque de estanflación». La inflación, que ya alcanza el 3% anual, podría aumentar, afectando directamente a los consumidores estadounidenses que eligieron a Trump esperando que controlara los precios.
El equipo de Trump defiende su estrategia argumentando que los beneficios de los recortes fiscales y la reducción de regulaciones compensarán cualquier impacto negativo. Sin embargo, la implementación simultánea de estas políticas y el riesgo de una guerra comercial más amplia podrían complicar la recuperación económica prevista para 2026.