Rusia ha lanzado una nueva oleada de ataques contra territorio ucraniano, incluyendo 31 drones de largo alcance contra el mercado de Nikopol y diversos objetivos civiles, dejando varios heridos graves y causando daños significativos a infraestructuras residenciales.
Las fuerzas ucranianas lograron derribar 20 de los drones, incluidos los modelos iraníes Shahed, sobre las regiones de Kharkov, Kiev, Cherniguiv y Dnipropetrovsk. Los 11 restantes desaparecieron de los radares sin causar daños, según informó la Fuerza Aérea ucraniana.
«Tres mujeres se encuentran en estado grave tras el ataque», confirmó Sergui Lisak, jefe de la administración militar regional, a través de Telegram. Las víctimas, de 39, 63 y 64 años, fueron inmediatamente hospitalizadas.
El ataque contra Nikopol, que incluyó dos bombardeos de artillería durante la noche, provocó daños en al menos tres edificios residenciales y una línea eléctrica. La ciudad es blanco frecuente de ataques rusos desde Energodar, territorio controlado por Moscú desde febrero de 2022.
La ofensiva rusa también alcanzó la región de Donetsk, donde 20 edificios resultaron dañados en nueve localidades diferentes. En Pokrovsk, el ataque con dos bombas aéreas guiadas FAB-250 y artillería afectó a cuatro edificios de apartamentos, cuatro viviendas particulares y un centro educativo.
La intensidad de los ataques rusos se refleja en las estadísticas: solo en la región de Kharkiv se han registrado cerca de 4.000 ataques en lo que va de 2024, con más de 10.000 edificios e infraestructuras dañadas. Esta escalada se produce después de que Rusia lanzara 60 drones contra territorio ucraniano a principios de semana, de los cuales 36 fueron derribados por las defensas antiaéreas ucranianas.