Roma se encuentra bajo un estricto dispositivo de seguridad ante la inminente celebración del funeral del Papa Francisco, previsto para este sábado. La ciudad se prepara para recibir a cientos de miles de fieles y delegaciones de alto nivel de todo el mundo, que acudirán a rendir homenaje al pontífice argentino, fallecido a los 88 años.
La capital italiana, conocida por sus desafíos logísticos y de tráfico, se enfrenta a un período de alta actividad que se extenderá hasta el cónclave de mayo, donde se elegirá al sucesor de Francisco. La magnitud del evento requiere una coordinación exhaustiva en materia de seguridad y organización.
Despliegue sin Precedentes: Se espera la llegada de entre 150 y 170 delegaciones extranjeras, incluyendo líderes mundiales como el presidente estadounidense, los mandatarios de Brasil y Argentina, los reyes de España y Bélgica, y el príncipe Guillermo de Reino Unido. La presencia de estas figuras de alto perfil exige un nivel de protección extremo.
Controles Rigurosos y Zona de Exclusión: Desde el miércoles, con el traslado del féretro a la Basílica de San Pedro, las autoridades italianas han implementado el cierre total de los accesos al Vaticano y las calles aledañas. Se han establecido controles de seguridad exhaustivos, incluyendo:
- Revisiones exhaustivas: Inspección de mochilas y pertenencias mediante escáneres de rayos X.
- Patrullaje constante: Presencia visible de la policía italiana, los carabineros y la gendarmería del Vaticano, con un total de 2,000 agentes desplegados.
- Zona de exclusión aérea: Prohibición de vuelos sobre Roma, activa las 24 horas, complementada con unidades antidrones equipadas con sistemas de inhibición de señales para neutralizar cualquier amenaza.
- Alerta Máxima: Aviones de combate listos para intervenir en caso de emergencia, y francotiradores estratégicamente posicionados en puntos clave como la Via della Conciliazione y la colina del Gianicolo.
Un Desafío Logístico y de Seguridad: La seguridad del funeral del Papa Francisco representa un desafío sin precedentes para las autoridades italianas. El objetivo principal es garantizar la seguridad de los asistentes y prevenir cualquier incidente que pueda perturbar el evento. Las medidas implementadas reflejan la seriedad con la que se está abordando esta tarea, buscando equilibrar la solemnidad del momento con la necesidad de proteger a la ciudad y a sus visitantes.