Nicolás Maduro ha buscado apoyo de Rusia y China ante la creciente presión internacional, pero hasta el momento no ha recibido el respaldo firme que esperaba de estos aliados tradicionales. De acuerdo con diversos reportes, tanto Pekín como Moscú han adoptado posiciones más distantes respecto a la situación política en Venezuela.
Contexto de la crisis venezolana
Venezuela enfrenta una profunda crisis política, económica y humanitaria que ha generado sanciones internacionales y cuestionamientos a la legitimidad del gobierno de Maduro. Tradicionalmente, Rusia y China han sido principales socios comerciales y diplomáticos del régimen chavista, proporcionando préstamos, inversiones en petróleo y apoyo en foros multilaterales como la ONU.
Sin embargo, reportes recientes indican que ambos países han moderado su retórica y acciones de apoyo. China, principal acreedor de Venezuela con deudas superiores a los $10 mil millones, ha reducido sus compras de crudo y priorizado la recuperación de sus préstamos. Rusia, por su parte, mantiene cooperación militar pero ha evitado compromisos explícitos en el contexto de las elecciones recientes y las sanciones estadounidenses.
Razones del distanciamiento
Los analistas identifican varios factores:
- Intereses económicos: China busca estabilidad en sus inversiones y prefiere evitar confrontaciones con Estados Unidos.
- Prioridades geopolíticas: Rusia concentra recursos en su conflicto con Ucrania y relaciones con otros aliados.
- Presión internacional: El aislamiento creciente de Maduro reduce el valor estratégico de su apoyo incondicional.
Esta postura refleja un cambio pragmático en las relaciones bilaterales, donde el apoyo se condiciona a resultados concretos más que a lealtades ideológicas.
IMPACTO PANAMÁ