La unidad especializada en terrorismo de la Policía Metropolitana de Londres asumió la investigación del devastador incendio que provocó el cierre total del aeropuerto de Heathrow este viernes 21 de marzo de 2025, según confirmaron las autoridades en un comunicado oficial.
Sin evidencias de acto criminal hasta el momento
«Estamos trabajando con el Cuerpo de Bomberos de Londres para determinar la causa del incendio, que continúa bajo investigación. Aunque actualmente no hay indicios de un acto criminal, mantenemos una posición abierta a cualquier posibilidad», señaló la Policía Metropolitana.
La decisión de asignar el caso a la unidad antiterrorista responde principalmente a la ubicación estratégica de la instalación afectada y al impacto que el incidente ha tenido sobre infraestructura considerada crítica para la seguridad nacional británica.
El 10% del incendio sigue activo
Según información proporcionada por Jonathan Smith, subcomisario del Cuerpo de Bomberos de Londres, aproximadamente el 10% del incendio «continúa vivo» casi 24 horas después de que comenzara. El siniestro se inició alrededor de las 23:00 GMT del jueves, cuando enormes llamas anaranjadas y densas columnas de humo negro se elevaron al oeste de la capital británica.
La subestación eléctrica, situada a unos dos kilómetros del aeropuerto internacional, quedó envuelta en llamas, lo que provocó un corte masivo de energía que obligó al cierre repentino de la terminal aeroportuaria más transitada de Europa.
Recursos especializados para agilizar la investigación
«El Comando Antiterrorista de la Met lidera las investigaciones», confirmó la policía, destacando que esta unidad «cuenta con los recursos y la capacidad para avanzar con rapidez» en el esclarecimiento de los hechos.
A pesar de la participación de esta división especializada, el ministro de Energía británico, Ed Miliband, insistió más temprano que «no había ninguna sugerencia de que se tratara de una acción criminal», aunque la investigación permanece abierta a todas las posibilidades.
El incidente ha provocado graves trastornos en el tráfico aéreo internacional, con más de 1.350 vuelos afectados y miles de pasajeros varados, en lo que representa una de las interrupciones más significativas de las operaciones aeroportuarias británicas en los últimos años.