José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras más representativas del progresismo latinoamericano, recibió esta semana homenajes de dos líderes regionales: Gustavo Petro, presidente de Colombia, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil.
Petro lo condecoró con la Orden de Boyacá, el más alto honor colombiano, mientras que Lula le otorgó el Gran Collar de la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul. Ambos actos ocurrieron en la finca rural donde Mujica reside junto a su esposa, la senadora Lucía Topolansky.
Recuperación y fortaleza
En abril de este año, Mujica reveló que le habían diagnosticado un tumor en el esófago, lo que generó una ola de solidaridad en la región. Sin embargo, en agosto informó que estaba respondiendo favorablemente a un tratamiento de radioterapia.
A sus 90 años, el exmandatario se mantiene como una figura influyente, recibiendo a presidentes y compartiendo su visión sobre los retos de América Latina.