El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, emprenderá su primera gira oficial por América Latina y El Caribe en los próximos días. Con paradas confirmadas en Panamá, El Salvador, Guatemala, Costa Rica y República Dominicana, este viaje busca reforzar las relaciones bilaterales y abordar temas críticos como la migración, la seguridad y las inversiones estratégicas.
Una visita con objetivos claros
Según la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, esta gira es una muestra de que el lema «Estados Unidos primero» no implica aislamiento, sino un enfoque estratégico en las relaciones internacionales. En su agenda, Rubio priorizará la implementación de acuerdos migratorios, especialmente en Guatemala y El Salvador, para facilitar el retorno de migrantes deportados, un eje central de la política migratoria del presidente Donald Trump.
En El Salvador, se espera que Rubio discuta con el presidente Nayib Bukele el uso de su sistema penitenciario para recibir a migrantes deportados con antecedentes criminales, como miembros de las pandillas MS-13 o el Tren de Aragua, ahora designados como grupos terroristas.
Panamá: el punto más sensible de la gira
La escala en Panamá probablemente generará mayor atención, dado el contexto de las declaraciones del presidente Trump sobre la posible recuperación del control del Canal de Panamá por parte de EE. UU. Trump ha acusado al gobierno panameño de incumplir compromisos adquiridos en los Tratados Torrijos-Carter de 1977, lo que ha tensado las relaciones entre ambos países.
A pesar de estas controversias, Rubio buscará consolidar la cooperación estratégica con Panamá en temas de seguridad y comercio, reafirmando el papel histórico de este país como un aliado clave en la región.
Un secretario de Estado con raíces latinas
Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y exsenador por Florida, es el primer secretario de Estado latino de EE. UU., un hecho que ha despertado expectativas en toda la región. Su conexión personal con América Latina podría facilitar los diálogos con líderes de la región, pero también lo enfrenta al reto de equilibrar los intereses de su país con las sensibilidades locales.