La cadena de pollo frito Harold’s Chicken, una de las marcas más populares en Nevada y con presencia en otros siete estados, se ha visto obligada a acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebra de Estados Unidos. Esta decisión busca mitigar las serias dificultades financieras de la empresa y evitar su desaparición del mercado estadounidense.
Acogida al capítulo 11: una oportunidad de reestructuración
La declaración de quiebra de Harold’s Chicken se formalizó el pasado 4 de octubre, revelando una deuda de $40,000 con las firmas Bitty Advance y Bridge 33 Capital LLC. Esta acción brinda a la cadena la oportunidad de reorganizar sus obligaciones económicas y replantear su estrategia de negocio. Sin embargo, la empresa no cuenta con fondos para liquidar a acreedores no garantizados tras cubrir los gastos administrativos.
Desde su fundación en 1950 en el South Side de Chicago, Harold’s Chicken ha ganado un lugar en el mercado de comida rápida estadounidense con su receta original de pollo frito. A pesar de sus logros, los cambios económicos recientes y el aumento en los costos operativos han afectado profundamente a la empresa, llevándola a esta situación límite.
¿Qué implica la reestructuración para Harold’s Chicken?
Harold’s Chicken opera actualmente 46 sucursales distribuidas en estados como Nevada, Arizona, Georgia, Indiana, Illinois, California, Texas y Missouri. Aunque aún no ha confirmado si algunas de sus tiendas cerrarán, el proceso de reestructuración podría llevar a decisiones drásticas. La falta de activos anunciada en su declaración inicial plantea dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de sus operaciones en estos estados.
El capítulo 11 representa una esperanza de recuperación para la empresa, ya que permite la renegociación de deudas y la reestructuración financiera. Sin embargo, Harold’s Chicken deberá encontrar estrategias innovadoras y quizás adaptar su modelo de negocio para hacer frente a un mercado cada vez más competitivo.