Los mercados financieros mundiales experimentaron una jornada de alta volatilidad este viernes, luego de que China anunciara un incremento de sus aranceles sobre productos estadounidenses al 125%, en respuesta a medidas similares impuestas por Washington.
Wall Street inició la sesión con tendencia bajista, pero mostró fluctuaciones a lo largo del día. Hacia las 16:00 GMT, los principales índices estadounidenses lograron recuperarse: el S&P 500 subía un 0,58%, el Dow Jones un 0,41% y el Nasdaq un 0,82%. Los commodities también presentaron alzas, con el petróleo ganando un 0,90% y el oro destacándose con un avance del 2,51%.
Por su parte, las bolsas europeas cerraron mayoritariamente a la baja. Frankfurt retrocedió un 0,92%, París un 0,30%, Milán un 0,73% y Madrid un 0,18%. La excepción fue Londres, que logró finalizar con un incremento del 0,64%.
En Asia, la jornada comenzó con fuertes caídas, siendo Tokio la plaza más afectada al abrir con un desplome superior al 5%, aunque logró moderar sus pérdidas para cerrar con un retroceso del 2,96%. Grandes compañías japonesas como Toyota y Sony sufrieron caídas significativas del 4,83% y 7,04%, respectivamente.
La Bolsa de Seúl también registró pérdidas, con un descenso del 0,5% en su índice Kospi. En contraste, Hong Kong consiguió revertir su tendencia inicial negativa para finalizar con ganancias del 1,13%, tras haber experimentado a principios de semana su mayor caída desde 2008.
China eleva aranceles y endurece su postura
El Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado chino anunció que incrementará del 84% al 125% los gravámenes sobre todos los productos importados desde Estados Unidos, medida que entrará en vigor este sábado 12 de abril.
Esta decisión llega apenas dos días después de que Pekín aumentara los aranceles del 34% al 84%, en respuesta al gravamen del 50% que la administración Trump había impuesto previamente. Washington respondió elevando sus propios aranceles hasta el 125%, lo que sumado a cargas anteriores, establece un total impositivo acumulado del 145% sobre las importaciones chinas.
En un comunicado oficial, el gobierno chino condenó enérgicamente la política comercial estadounidense por «violar gravemente las normas del comercio internacional» y aplicar «una política unilateral de acoso y coerción», advirtiendo que «si Washington insiste en infligir daños sustanciales a los intereses de China, esta responderá con firmeza».
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, declaró que su país «no desea una guerra comercial, pero no la teme», y exigió a Estados Unidos «dejar las presiones» si realmente busca resolver las tensiones mediante el diálogo.
Esta escalada en las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo mantiene a los inversores en alerta, ante la posibilidad de que continúe la espiral de represalias comerciales con potenciales impactos en el crecimiento económico global.