La reciente escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea ha desatado lo que muchos expertos califican como una guerra arancelaria en la que ambas partes podrían salir perjudicadas. La imposición de aranceles por parte de la administración Trump y la respuesta contundente de Bruselas amenazan con desestabilizar la que se considera «la relación comercial más importante del mundo».
Intercambio de golpes económicos
La semana pasada, Bruselas respondió a los aranceles del 25% impuestos por Washington sobre el acero y el aluminio, anunciando gravámenes por valor de 26.000 millones de euros (28.000 millones de dólares) sobre productos estadounidenses. Esta medida representa una escalada significativa en un conflicto que podría tener consecuencias económicas globales.
Cecilia Malmström, ex comisaria de Comercio de la UE durante el primer mandato de Trump, advierte que esta disputa es «un juego en el que todos pierden». Según explicó al medio alemán DW, «los más perjudicados serán los consumidores y la gente común, ya que los precios subirán, afectando la inflación, el empleo y el crecimiento».
Impacto en ambas economías
La relación comercial entre la UE y EE.UU. alcanzó los 1,6 billones de euros en 2023, según datos de la Comisión Europea. Trump ha criticado repetidamente que la UE vende más a EE.UU. de lo que compra, con exportaciones europeas por valor de 503.000 millones de euros frente a importaciones de 347.000 millones.
Sin embargo, la Comisión Europea describe la relación como «equilibrada», señalando que la UE mantiene un déficit en el comercio de servicios con EE.UU. de 109.000 millones de euros y que la diferencia total equivale a «solo el 3% del comercio bilateral».
Sectores vulnerables y preocupaciones económicas
La industria automotriz europea se encuentra especialmente en el punto de mira de la administración Trump. «Es un objetivo del presidente Trump, no solo la industria automotriz alemana, sino la industria automotriz en general», señala Malmström, citando como ejemplo al gigante sueco Volvo.
Varios bancos de Wall Street y analistas han rebajado sus previsiones de crecimiento para la economía estadounidense debido a datos económicos más pesimistas y al temor de que los aranceles puedan agravar la inflación.
Buscando soluciones
Malmström insta a la UE a estar «lo más preparada posible» para una disputa prolongada y sugiere el posible uso del Instrumento Anticoercitivo de la UE (ACI), una herramienta introducida a finales de 2023 que otorgaría a Bruselas poderes legales para tomar medidas adicionales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha advertido que «los aranceles más altos están alterando las cadenas de suministro, generan incertidumbre para la economía, ponen en peligro empleos y provocarán un aumento de precios».
A pesar del actual intercambio de aranceles, Malmström mantiene la esperanza de que «todavía se pueda alcanzar un acuerdo», aunque reconoce que «nuestras industrias en Europa ya están sufriendo, y el daño también será grande en EE.UU.»