El fabricante de inteligencia artificial OpenAI, conocido por desarrollar ChatGPT, está en el centro de la atención a medida que su valoración alcanza los 157,000 millones de dólares. Sin embargo, este crecimiento trae consigo la necesidad de reevaluar su estatus como organización sin fines de lucro, un tema que ha generado inquietudes en el ámbito fiscal y legal.
Un Origen Complicado
Desde la destitución y posterior reinstauración de su CEO, Sam Altman, en noviembre pasado, expertos en impuestos sin fines de lucro han estado observando de cerca a OpenAI. Con una misión que afirma desarrollar inteligencia artificial para el beneficio de «toda la humanidad», la estructura corporativa de la empresa podría estar enfrentando desafíos.
Jill Horwitz, profesora de derecho en la UCLA, enfatiza que en cualquier conflicto entre una organización sin fines de lucro y su subsidiaria con fines de lucro, la misión benéfica debe prevalecer. «Es el trabajo de la junta, y luego de los reguladores y tribunales, garantizar que se cumpla la promesa de perseguir el interés caritativo», señala.
Posibles Reestructuraciones
Altman ha confirmado que OpenAI está considerando una reestructuración, aunque no ha proporcionado detalles específicos. Según una fuente cercana, se podría convertir en una corporación de beneficio público, pero aún no se ha tomado una decisión final. Este cambio conllevaría importantes implicaciones, ya que OpenAI podría perder el control sobre sus subsidiarias, lo que generaría la necesidad de compensar a la organización sin fines de lucro por los activos transferidos.
Los expertos destacan que OpenAI ha manejado cuidadosamente su estructura para evitar complicaciones legales, pero ahora podría enfrentar un escrutinio más exhaustivo por parte de reguladores, incluyendo el Servicio de Impuestos Internos de EE. UU. y fiscales generales de los estados donde opera.
Implicaciones Legales y Fiscales
Un cambio de estatus implica un proceso complicado. Para que OpenAI se convierta en una entidad con fines de lucro, tendría que realizar una «conversión» que asegure que los activos donados permanezcan en el sector benéfico. Preguntas clave surgen en este contexto: ¿Qué activos pertenecen a la organización sin fines de lucro? ¿Cuál es su valor de mercado? Estas cuestiones serán críticas en cualquier reestructuración.
Andrew Steinberg, abogado especializado en organizaciones sin fines de lucro, señala que transformar la estructura de las subsidiarias de OpenAI sería una tarea «extraordinaria», llena de consideraciones legales y regulatorias.
Misión Benéfica en Cuestionamiento
Para mantener su estatus de exención de impuestos, OpenAI debe demostrar que sigue cumpliendo su misión benéfica. Aunque la organización sostiene que su misión ha permanecido constante, la evolución de su enfoque ha sido objeto de críticas. Observadores, incluido Elon Musk, han cuestionado si OpenAI ha sido fiel a sus principios fundacionales, mientras que Geoffrey Hinton, «el padrino de la IA», ha expresado preocupaciones sobre la atención creciente a las ganancias en detrimento de la seguridad.
Conflictos de Interés y Supervisión Regulatoria
Finalmente, la pregunta sobre si los miembros de la junta de OpenAI evitarán conflictos de interés es crucial. Los reguladores se centrarán más en cómo la junta toma decisiones que en si esas decisiones son las mejores. La posibilidad de que Altman reciba acciones de una subsidiaria con fines de lucro también ha levantado sospechas sobre la transparencia en la gobernanza de OpenAI.
Bret Taylor, presidente de la junta de OpenAI, ha reafirmado el compromiso de la organización con su misión y la obligación fiduciaria hacia sus propósitos fundacionales. Sin embargo, la transformación de OpenAI, si se lleva a cabo, podría tener repercusiones significativas no solo para la organización, sino también para el campo de la inteligencia artificial en general.