Río de Janeiro se convirtió en escenario de disturbios el pasado martes durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana entre Lanús y Fluminense. Graves incidentes entre la policía brasileña y los hinchas del equipo argentino empañaron el encuentro, obligando a una interrupción temporal y generando preocupación entre jugadores y aficionados.
Los hechos, ampliamente difundidos en redes sociales, muestran a la policía reprimiendo a la hinchada de Lanús con palos, gases y balas de goma, justo antes del inicio del segundo tiempo. La violencia se desató, aparentemente, en los baños de una de las tribunas del estadio Maracaná.
Ante la escalada de la situación, los jugadores de Lanús se negaron a regresar al campo de juego, preocupados por la seguridad de sus familiares y allegados presentes en la tribuna. El árbitro del partido, Jesús Valenzuela, accedió a la solicitud y detuvo el encuentro por varios minutos hasta que la calma fue restablecida.
No es la primera vez que el Maracaná es testigo de incidentes similares. En el pasado, la policía de Río de Janeiro ha sido acusada de emplear tácticas represivas contra aficiones de equipos extranjeros, generando un historial preocupante de altercados y controversias.
El partido, tras ser reanudado, finalizó con un empate 1-1, resultado que clasificó a Lanús a las semifinales de la Copa Sudamericana. Agustín Canobbio adelantó a Fluminense con un espectacular gol de tijera, pero Dylan Aquino igualó el marcador para el conjunto argentino, sellando el pase a la siguiente fase.
En el primer tiempo, Fluminense había logrado igualar la serie gracias al gol de Canobbio, quien aprovechó una asistencia de Luciano Acosta para marcar un tanto de gran factura. Lanús, que llegaba con una ventaja mínima tras ganar el partido de ida 1-0 con gol de Marcelino Moreno, se vio presionado por el ataque del equipo brasileño.
Durante la segunda mitad, el arquero de Lanús, Lucas Losada, se convirtió en figura al evitar el segundo gol de Fluminense con una atajada crucial ante un remate de Matheus Martinelli. Sin embargo, en un contragolpe, Dylan Aquino anotó el gol del empate para Lanús, desatando la euforia entre los hinchas argentinos.
Los minutos finales del partido fueron de alta tensión, con Lanús defendiendo su clasificación con uñas y dientes. El palo incluso jugó a favor del equipo argentino, salvando un remate peligroso del Fluminense. Ahora, Lanús se enfrentará en semifinales al ganador del cruce entre Universidad de Chile y Alianza Lima.
Este lamentable episodio en el Maracaná vuelve a poner en tela de juicio las medidas de seguridad en los eventos deportivos y la necesidad de garantizar la integridad de los aficionados que asisten a los estadios. Las autoridades deberán tomar medidas para evitar que este tipo de incidentes se repitan en el futuro.