IMPACTO PANAMÁ
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Donald Trump ha intensificado la presión sobre Nicolás Maduro, advirtiéndole que Estados Unidos multiplicará sus acciones militares si el líder venezolano no abandona Caracas en el corto plazo. La advertencia fue transmitida durante una conversación telefónica reciente, en la que también participó el influyente Secretario de Estado y Consejero de Seguridad Nacional, Marco Rubio.
La inclusión de Rubio en esta comunicación subraya la determinación de la administración Trump de no ceder ante tácticas dilatorias o intentos de negociación que permitan a Maduro ganar tiempo. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, se han descartado propuestas como contratos petroleros como vía para iniciar una transición en Venezuela. En cambio, Trump ha optado por una postura inflexible, sin ofrecer a Maduro una mesa de negociación ni una hoja de ruta que le permita perpetuarse en el poder.
La principal preocupación de Trump, según lo expresado a Maduro, es la desarticulación de los cárteles de la droga que operan bajo la protección del Palacio de Miraflores. Trump exige que, junto a Maduro, abandonen Venezuela las figuras clave del régimen que se han beneficiado de negocios ilícitos relacionados con drogas, armas y petróleo, y que han instaurado un sistema represivo que viola sistemáticamente los derechos humanos.
De acuerdo con esta exigencia, figuras como Diosdado Cabello, Vladimir Padrino, Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, considerados miembros clave de la nomenclatura de Maduro, también deberían abandonar el país. Inicialmente, se consideró la posibilidad de permitir que Maduro dejara Caracas y que la transición democrática quedara en manos de Delcy y Jorge Rodríguez. Sin embargo, esta opción ha sido descartada, y Trump insiste en que Maduro y sus allegados deben salir de Venezuela en un plazo breve.
Trump ha cumplido su promesa de aumentar la presión sobre el régimen. Poco después de la conversación telefónica, la Secretaría de Estado designó al Cartel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (FTO). Esta designación, que señala a Maduro como jefe del cartel, otorga a la administración Trump mayores herramientas para acorralar al régimen venezolano.
El Pentágono ha intensificado su presencia militar frente a las costas de Venezuela, mientras que la Secretaría del Tesoro y el Departamento de Estado cuentan con recursos jurídicos para asfixiar económicamente a la dictadura y atacar objetivos estratégicos en territorio venezolano. El Secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha reiterado que “nada está descartado” en relación con Venezuela.
Aunque los detalles específicos de la ofensiva militar sobre Venezuela se mantienen en secreto, fuentes internas de la Casa Blanca indican que las operaciones se intensificarán entre principios de diciembre y mediados de enero, con objetivos centrados en la infraestructura y la logística del Cartel de los Soles.
Trump también ha advertido sobre un cambio en la estrategia antidrogas, anunciando que Estados Unidos comenzará a detener a los narcotraficantes por tierra. La Casa Blanca ha descartado la posibilidad de una reunión entre Trump y Maduro para negociar la transición en Venezuela. Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, líderes de la oposición, esperan que Maduro abandone Caracas para liderar un gobierno democrático, una posibilidad que la administración Trump considera factible ante la creciente presión sobre el régimen.
