En una escalada dramática del conflicto en curso, Rusia lanzó un ataque récord con 728 drones Shahed y señuelos contra Ucrania durante la noche, junto con 13 misiles de crucero y balísticos, según informó la Fuerza Aérea de Ucrania. Este ataque sin precedentes marca un punto crítico en la guerra que ya supera los tres años, intensificando las tensiones tras semanas de crecientes ataques aéreos y terrestres rusos.
La ciudad de Lutsk, ubicada en el noroeste de Ucrania, cerca de las fronteras con Polonia y Bielorrusia, fue la más afectada, aunque otras diez regiones también sufrieron impactos, según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy. Lutsk alberga aeródromos cruciales utilizados por el ejército ucraniano, siendo un punto estratégico para el tráfico de aviones de carga y cazas. Las regiones occidentales de Ucrania son vitales como columna vertebral logística en la guerra, ya que sus aeródromos y depósitos reciben ayuda militar extranjera esencial antes de ser distribuida a otras partes del país. Los ataques de largo alcance de Rusia buscan interrumpir estas cadenas de suministro críticas.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus fuerzas apuntaron a bases aéreas ucranianas, asegurando que “todos los objetivos designados han sido alcanzados”.
Rusia ha estado empleando una táctica de abrumar las defensas antiaéreas ucranianas con enormes ataques aéreos, incluyendo el uso de drones señuelo. El ataque aéreo más grande hasta la fecha había ocurrido entre la noche del 4 de julio y el día siguiente, superando un récord establecido apenas una semana antes. Además, el ejército ruso ha lanzado una nueva ofensiva para avanzar en partes de la línea del frente de 1.000 kilómetros, donde las fuerzas ucranianas, con menos personal, enfrentan una presión considerable.
En respuesta a esta escalada, Polonia desplegó sus cazas y elevó el nivel de alerta de sus fuerzas armadas. Paralelamente, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, advirtió que Rusia podría representar una amenaza de seguridad creíble para la Unión Europea para finales de la década, instando a un aumento en la producción de las industrias de defensa en Europa y Ucrania en los próximos cinco años.
Según un comunicado de la Fuerza Aérea Ucraniana, las defensas antiaéreas ucranianas lograron derribar 296 drones y siete misiles durante el ataque nocturno, mientras que otros 415 drones se perdieron de los radares o fueron bloqueados. Zelenskyy destacó la creciente efectividad de los drones interceptores ucranianos, desarrollados para contrarrestar los drones Shahed de Rusia, y anunció el aumento de la producción nacional de drones antiaéreos en colaboración con países occidentales.
Analistas militares occidentales sugieren que Rusia está incrementando su fabricación de drones y pronto podría lanzar hasta 1.000 drones por noche contra Ucrania. El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, señaló que Rusia continúa expandiendo su capacidad nacional de producción de drones, reflejando el papel cada vez mayor de los drones tácticos en las operaciones de combate en la línea del frente y los ataques nocturnos de largo alcance.
Ucrania también ha desarrollado su propia capacidad ofensiva con drones, alcanzando el interior de Rusia con ataques de largo alcance. El Ministerio de Defensa ruso informó que las defensas aéreas derribaron 86 drones ucranianos sobre seis regiones rusas, incluida la región de Moscú, lo que provocó la suspensión temporal de vuelos en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú y en el aeropuerto internacional de Kaluga.
El gobernador de la región fronteriza rusa de Kursk, Alexander Khinshtein, comunicó que un ataque de drones ucranianos en la capital de la región causó la muerte de tres personas y heridas a otras siete, incluido un niño de 5 años. Este incidente subraya la creciente intensidad y alcance del conflicto, con implicaciones significativas para la seguridad regional y la estabilidad internacional.