El Kremlin ha confirmado que Bashar al Asad y su familia se encuentran en Moscú bajo asilo humanitario, tras ser derrocado por una coalición de rebeldes islamistas en Siria. Este desenlace pone fin a más de una década de gobierno en medio de un devastador conflicto civil.
Según fuentes del gobierno ruso, Moscú mantiene contactos con los nuevos dirigentes rebeldes en Siria, quienes han asegurado la protección de las instalaciones diplomáticas y bases militares rusas.
Un llamado al diálogo bajo la ONU
El Kremlin reafirmó su compromiso con una solución política para Siria, reiterando la necesidad de reanudar las negociaciones bajo el marco de las Naciones Unidas. «Rusia continuará apoyando al pueblo sirio en su búsqueda de estabilidad y desarrollo», expresó un portavoz.
Perspectivas tras la caída de Asad
Con la partida de Asad, el futuro de Siria permanece incierto, aunque las negociaciones mediadas por Rusia podrían definir el camino hacia una transición política que priorice la reconstrucción del país y el bienestar de sus habitantes.