Un acto de profunda carga política sacudió la región de Latakia este miércoles cuando combatientes rebeldes sirios incendiaron el mausoleo de Hafez Al Assad, padre del actual presidente derrocado Bashar Al Assad, en su ciudad natal de Qardaha.
Imágenes captadas por la Agencia France-Presse (AFP) muestran a rebeldes uniformados y jóvenes contemplando cómo las llamas consumen el monumento, en un golpe simbólico contra el legado del régimen sirio.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó el ataque, destacando su ubicación estratégica en el corazón de la comunidad alauita, grupo étnico-religioso al que pertenecía la familia Assad.
Un legado de represión
Hafez Al Assad, quien gobernó Siria desde 1971 hasta su muerte en 2000, construyó un régimen autoritario caracterizado por:
- Control absoluto de los aparatos político, militar y de seguridad
- Represión sistemática de la disidencia
- Fortalecimiento de los servicios de inteligencia
- Promoción de miembros alauitas en posiciones de poder
La masacre de Hama en 1982, donde decenas de miles de civiles fueron ejecutados tras un levantamiento de la Hermandad Musulmana, simbolizó su brutalidad política.
Significado del ataque
El incendio del mausoleo representa más que un acto vandálico: es una declaración simbólica contra décadas de opresión autoritaria, ejecutada en el mismo lugar que vio nacer al líder que consolidó uno de los regímenes más represivos de Medio Oriente.
La acción de los rebeldes evidencia la persistente tensión en Siria, un país fragmentado por años de conflicto civil que comenzó con las protestas contra Bashar Al Assad en 2011.