IMPACTO PANAMÁ
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El ayatollah Ali Khamenei, líder supremo de Irán, ha lanzado una severa advertencia a Estados Unidos e Israel, afirmando que Irán está preparado para responder con contundencia ante cualquier nuevo ataque militar. Esta declaración se produce en un contexto de alta tensión, marcado por un alto el fuego vigente desde el 24 de junio, tras una reciente escalada de violencia en la región.
Khamenei, durante una reunión con funcionarios judiciales en Teherán, enfatizó que Irán posee «todas las herramientas necesarias: razonamiento y capacidad militar» para defenderse. Advirtió que las respuestas iraníes serán contundentes, tanto en el ámbito diplomático como en el campo de batalla. A pesar de no buscar la guerra con Israel, Khamenei subrayó que las respuestas de Irán a las acciones israelíes siempre han sido «firmes y aplastantes».
El líder supremo iraní también se refirió a los ataques israelíes dirigidos a individuos y centros clave en Irán, afirmando que estos no han logrado debilitar al sistema, sino que, por el contrario, lo han fortalecido. Esta declaración se produce tras una escalada de tensiones que incluyó una ofensiva israelí el 13 de junio, a la que Irán respondió con el lanzamiento de cientos de misiles y drones contra territorio israelí.
La situación se agravó aún más el 22 de junio, cuando Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahan. Israel justificó estos ataques alegando la existencia de un programa de armamento nuclear en Teherán. Estos incidentes tuvieron lugar a pocos días de una reunión programada entre Irán y Estados Unidos para retomar las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró que Washington no tiene «prisa» por alcanzar un acuerdo nuclear con Irán, aunque se mostró dispuesto a negociar. Trump afirmó que un acuerdo pudo haberse alcanzado semanas antes, pero tras el rechazo de Irán, Estados Unidos optó por bombardear las instalaciones nucleares. La postura de Trump refleja la política de máxima presión que ha mantenido desde 2018, cuando retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015, que imponía inspecciones y restricciones al programa atómico iraní.
Las negociaciones nucleares se encuentran suspendidas desde el 13 de junio, tras la ofensiva israelí y el posterior bombardeo estadounidense. Washington exige el desmantelamiento total del programa nuclear iraní, mientras que Teherán defiende su derecho a mantener el enriquecimiento de uranio con fines pacíficos. Esta divergencia de posturas ha mantenido las conversaciones en punto muerto.
El alto el fuego vigente desde el 24 de junio puso fin a doce días de intensos combates, que dejaron un saldo de al menos 935 muertos en Irán y 28 en Israel. A pesar de la tregua, las partes se mantienen en un estado de alerta máxima. La reciente amenaza del ayatollah Khamenei subraya la fragilidad de la situación y la posibilidad latente de una nueva escalada de violencia en la región. La comunidad internacional observa con preocupación la evolución de los acontecimientos, ante el temor de que una nueva confrontación pueda desestabilizar aún más el ya convulso Medio Oriente.
