La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el mundo laboral con la promesa de automatizar tareas y aumentar la eficiencia. Sin embargo, la realidad está demostrando que la IA no es infalible y que su implementación a menudo genera errores que requieren la intervención humana. Esto ha dado lugar a una nueva y creciente demanda de profesionales especializados en la corrección de errores de la IA, un campo laboral que está experimentando un auge inesperado.
Según un estudio de The Agent Company, los agentes de IA pueden tener una tasa de error del 70% en tareas complejas. Esta cifra pone de manifiesto la necesidad de supervisión y corrección por parte de expertos humanos. Empresas que inicialmente despidieron empleados para reducir costos ahora se ven obligadas a contratar especialistas para solucionar los problemas causados por la IA.
Sophie Warner, copropietaria de la agencia Create Designs, ha notado un aumento en las solicitudes de clientes que, tras delegar tareas web a la IA, se enfrentan a fallos críticos. Warner explica que antes los clientes contactaban por dudas o nuevas funcionalidades, pero ahora recurren a la IA como primer recurso, lo que a menudo resulta en errores costosos. Un ejemplo citado es el de un cliente que usó ChatGPT para actualizar su página de eventos, lo que provocó el colapso del sitio web y una pérdida de operatividad durante tres días, además de una factura de reparación de casi 500 dólares.
La demanda de especialistas en «reparación de IA» se ha disparado en el último año, impulsada por los fallos y las pérdidas económicas que enfrentan las empresas. Corregir estos errores requiere conocimientos técnicos y experiencia editorial, lo que ha elevado las tarifas de estos profesionales. Warner señala que a menudo deben cobrar una tarifa de investigación para determinar la causa del fallo, y que el proceso de corrección suele ser más largo y costoso que si se hubiera consultado a profesionales desde el principio.
Sarah Skidd, gerente de marketing de producto, fue contactada para reescribir los textos de un sitio web hotelero generados por IA. El contenido original era genérico y carecía de atractivo comercial, por lo que Skidd invirtió 20 horas en rehacerlo por completo. Este tipo de trabajo se ha vuelto común para muchos profesionales, que dedican gran parte de su tiempo a reparar textos producidos automáticamente.
Uno de los errores más frecuentes de la IA es su incapacidad para adaptar los mensajes a la identidad de marca, el público objetivo y los objetivos de conversión. El profesor Feng Li, de la Escuela de Negocios Bayes, advierte que la IA puede «alucinar» y generar contenido irrelevante, inventado o inconsistente. Además, la IA ignora la particularidad de cada negocio y produce resultados genéricos que pueden dañar la reputación de las empresas e incluso generar riesgos legales o de ciberseguridad.
El profesor Li también señala que muchas empresas adoptaron la IA apresuradamente, sin evaluar si estas soluciones eran adecuadas para su estructura y capacidades. Esta sobreconfianza en los sistemas prefabricados aumenta la probabilidad de resultados fallidos. A pesar de los desafíos, los profesionales calificados siguen siendo indispensables para garantizar la calidad y la coherencia frente a las limitaciones de la IA. La creatividad, el criterio analítico y la capacidad de interpretar el contexto son habilidades humanas que, por el momento, no pueden ser reemplazadas por herramientas automatizadas.