Por Redacción Política | Impacto Panamá
En medio de un proceso de renovación interna que definirá el futuro del Partido Revolucionario Democrático (PRD), surge con fuerza el nombre de Jorge Montenegro Vallarino, un líder de base, auténtico, con visión social y con una trayectoria marcada por el trabajo directo con las comunidades. Su aspiración al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD no es un movimiento más dentro de la estructura política; es el reflejo del reclamo de las bases que piden una nueva generación de líderes comprometidos con el verdadero poder popular.
Montenegro representa la cara nueva que el PRD necesita, un rostro que no viene desde las cúpulas, sino desde el contacto diario con la gente, con el campesino, el obrero, el joven y el emprendedor. Su visión está inspirada en los ideales torrijistas de justicia social, equidad y participación ciudadana, principios que dieron origen al partido y que hoy requieren ser rescatados y fortalecidos.
En palabras de quienes lo acompañan, Jorge Montenegro es un dirigente que escucha, propone y actúa, alejándose de los discursos vacíos para enfocarse en soluciones reales. Su liderazgo se caracteriza por la cercanía, el respeto a las bases y la convicción de que el PRD debe volver a ser un instrumento del pueblo y no un club de poder.
La candidatura de Montenegro llega en un momento clave, cuando la militancia exige reconectar al partido con sus raíces, devolver la credibilidad y abrir espacios a las nuevas generaciones que sienten pasión por servir, no por servirse. Su propuesta busca fortalecer la democracia interna, reactivar la estructura territorial y devolverle protagonismo a los corregimientos, distritos y provincias, donde nace la fuerza del PRD.
Con una mirada moderna, pero anclada en los valores históricos del torrijismo, Jorge Montenegro Vallarino levanta la bandera del poder popular, convencido de que el verdadero cambio no vendrá desde arriba, sino desde la base. Su presencia en el CEN significaría un paso firme hacia un PRD más humano, participativo y conectado con la realidad social del país.
Hoy, miles de torrijistas ven en él una oportunidad de renovación real. Su mensaje es claro: el PRD debe volver a caminar con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Y Jorge Montenegro Vallarino representa precisamente eso: una cara nueva, una voz fresca y un espacio abierto al poder popular.
El PRD necesita volver a sus raíces, y líderes como Jorge Montenegro son el puente hacia ese renacer.