Las fuerzas de defensa aérea de Irán confirmaron este sábado, 26 de octubre de 2024, que Israel llevó a cabo un ataque contra sus bases militares en las provincias de Teherán, Juzestán e Ilam. A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades iraníes informaron que los daños fueron «limitados».
Detalles del ataque
Los medios de comunicación en Irán informaron sobre daños iniciales en las bases militares, aunque no se proporcionaron detalles específicos sobre el alcance de los mismos. Según la agencia Tasnim, cercana a la Guardia Revolucionaria Islámica, las defensas antiaéreas fueron activadas en la capital y en las provincias afectadas. Se reportaron múltiples explosiones durante varias horas, comenzando poco después de las 2 a.m. (22:30 GMT del viernes).
La radiodifusora pública israelí anunció que se habían completado tres olas de ataques, apuntando a instalaciones que producen misiles utilizados en los ataques contra el Estado hebreo, así como baterías de proyectiles tierra-aire y otras capacidades aéreas de Irán.
Advertencias de Israel
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, lanzó una advertencia a Teherán, indicando que si Irán iniciara «una nueva ronda de escalada», se verían «obligados a responder» y que Teherán pagaría un «alto precio».
Reacción de Estados Unidos
Estados Unidos instó a Irán a detener los ataques contra Israel con el fin de romper el ciclo de violencia. Sean Savett, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., hizo un llamado a la moderación y consideró que el ataque israelí fue «limitado», «proporcional» y diseñado para evitar una escalada mayor.
Además, un funcionario estadounidense aclaró que los objetivos atacados no incluían la infraestructura energética ni las instalaciones nucleares de Irán, sugiriendo que la operación israelí se centró en capacidades militares específicas.
Contexto del conflicto
Israel ha estado inmerso en un conflicto con Hamás en Gaza, que se ha extendido a Hezbolá en el Líbano. Esta reciente escalada se produce en respuesta a un ataque con misiles lanzado desde Irán el 1 de octubre, en el que se dispararon casi 200 proyectiles hacia territorio israelí. La situación genera crecientes temores sobre una posible conflagración regional y la posibilidad de una guerra abierta entre Israel e Irán, así como con sus aliados en la región, conocidos como el «eje de la resistencia».