El secretario general del grupo terrorista libanés Hezbollah, Naim Qassem, instó este sábado a las recientes autoridades de Siria, lideradas principalmente por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), a que declaren al Estado de Israel como enemigo y adopten una postura beligerante frente a él. Esta declaración llega en medio de una creciente tensión regional tras la caída del régimen de Bashar al Assad.
Primeras declaraciones tras la caída de Assad
En un discurso televisado, Qassem afirmó que espera que las nuevas autoridades sirias «no normalicen las relaciones con Israel» y mantengan una postura firme contra el país vecino, que ha realizado ataques aéreos recientes sobre territorio sirio para destruir arsenales abandonados por el antiguo gobierno. Estas declaraciones representan la primera reacción pública del líder de Hezbollah tras la huida de Assad y su familia a Rusia, luego de la toma de Damasco por fuerzas opositoras el pasado domingo.
Qassem reconoció que la caída del régimen de Assad ha generado un panorama caótico en Siria, aunque se abstuvo de emitir juicios definitivos sobre las nuevas autoridades hasta que adopten una «posición clara». Asimismo, confirmó que la pérdida de la ruta de suministro militar a través de Siria, utilizada por Hezbollah para recibir armas desde Irán, representa un obstáculo, pero minimizó su impacto en las operaciones del grupo.
Pérdida de una ruta estratégica
Bajo el régimen de Assad, Hezbollah utilizaba una red de tráfico de armas desde Irán a través de Irak y Siria hacia el Líbano. Sin embargo, la reciente captura de la frontera sirio-iraquí por combatientes opositores a Assad y la caída de Damasco han interrumpido esta ruta. “La resistencia es flexible y lo importante es su continuidad”, aseguró Qassem, quien no descartó la posibilidad de establecer nuevas rutas o recuperar la anterior bajo un futuro gobierno sirio.
Hezbollah y el conflicto con Israel
En su intervención, Qassem también se refirió al alto el fuego en curso con Israel, destacando que este no implica una renuncia a las armas por parte del grupo. El acuerdo de cese de hostilidades establece un período de 60 días durante el cual el ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU se desplegarán en el sur del Líbano, mientras Hezbollah y las tropas israelíes se retiran de la zona fronteriza.
Pese a estos compromisos, Hezbollah reafirmó su intención de mantener sus capacidades militares, recordando que es el único grupo armado libanés que no entregó las armas tras la guerra civil de 1975-1990. “La resistencia no se detendrá mientras exista la amenaza israelí”, declaró Qassem.
Impacto regional
La caída de Assad y la transición de poder en Siria marcan un punto de inflexión para Hezbollah, que pierde un aliado clave en la región. Sin embargo, el grupo respaldado por Irán asegura que continuará su lucha contra Israel y buscará adaptarse a las nuevas dinámicas políticas en Siria. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela los pasos de las nuevas autoridades sirias y el papel que podrán desempeñar en la estabilidad de Oriente Medio.