El Reino Unido se encuentra en la antesala de lo que podría ser un cambio histórico en su gobierno, con el Partido Laborista a punto de romper 14 años de dominio conservador. La economía se ha convertido en un factor decisivo en las elecciones del 4 de julio, pero ¿cuánto difieren realmente los dos principales partidos en sus políticas económicas?
Un Cambio en el Panorama Político
Los sondeos indican una casi desaparición del Partido Conservador en el poder. Tras más de una década en la oposición, el Partido Laborista parece preparado para asumir el gobierno con una amplia mayoría. La frustración por el estado de la economía británica es uno de los principales motivos detrás de este cambio. Según el Pew Research Center, sólo el 22% de los votantes cree que la economía está en buena forma.
A pesar de algunos datos económicos positivos en los últimos meses, como el crecimiento del 0,6% en el primer trimestre de 2024 y la reducción de la inflación al objetivo del 2% del Banco de Inglaterra, el descontento con la gestión económica persiste. El gobierno se aferra a estos indicadores como evidencia de que aún puede manejar la economía, pero la percepción pública es distinta.
Preocupaciones de los Votantes
A pesar de los indicadores económicos positivos, los votantes están preocupados por las presiones del coste de la vida y la falta de financiación en los servicios públicos. Andrew Goodwin, de Oxford Economics, señala que aunque la economía muestra signos de recuperación, «las políticas económicas no suelen atraer mucho a los votantes». Creon Butler, de Chatham House, añade que la inflación y la financiación de los servicios públicos son factores clave que motivan el deseo de cambio entre los electores.
Diferencias en Políticas Económicas
Aunque los partidos difieren en cuestiones como la productividad y el crecimiento del PIB, muchos comentaristas coinciden en que sus políticas económicas no son tan distintas. Sin embargo, la perspectiva de un gobierno laborista podría significar un cambio económico fundamental. Butler destaca que los laboristas y los conservadores tienen enfoques filosóficos diferentes, especialmente en tres áreas: el papel del sector público, la regulación y la actitud hacia la Unión Europea.
El impacto más inmediato de un gobierno laborista podría sentirse en las relaciones con la UE. Aunque el líder laborista Keir Starmer ha evitado hablar del Brexit, se espera que adopte un enfoque más cordial y productivo en las relaciones entre la UE y el Reino Unido. Sin embargo, el impacto a largo plazo del Brexit seguirá influyendo significativamente, con estudios que muestran que el PIB británico es actualmente entre un 2 y un 3% inferior al que sería si no se hubiera producido el Brexit.
Conclusión
Las elecciones en el Reino Unido están marcadas por un profundo descontento con la gestión económica actual y un deseo de cambio. Con los laboristas en camino de obtener una amplia mayoría, el país podría estar al borde de un cambio económico significativo, impulsado por una filosofía diferente sobre el papel del sector público, la regulación y las relaciones con la UE. La economía, sin duda, será un factor decisivo en estas elecciones históricas.