El Papa León XIV ha iniciado esta semana su primera gira internacional, un viaje significativo que lo llevará a Turquía y Líbano. El objetivo principal de esta visita es fomentar la unidad entre las diferentes ramas del cristianismo y renovar los llamamientos a la paz en una región marcada por tensiones persistentes. Este viaje, que representa el debut global del pontífice estadounidense, lo enfrenta a un escenario internacional complejo y desafiante.
La gira de seis días comenzó con una visita a Turquía, donde el Papa León XIV participa en la conmemoración del 1.700º aniversario del Concilio de Nicea. Este concilio, celebrado en el año 325 d.C., es un evento crucial en la historia del cristianismo, ya que fue allí donde se redactó el Credo, una declaración fundamental de la fe cristiana. La elección de Turquía como primera parada subraya la importancia del diálogo interreligioso, dado que el país tiene una población mayoritariamente musulmana, con una minoría cristiana que representa solo el 0,2% de sus 86 millones de habitantes. A pesar de esto, la visita busca tender puentes y promover el entendimiento mutuo.
En Líbano, la segunda etapa de su gira, el Papa León XIV ha sido recibido con gran expectativa. El país, que tradicionalmente ha sido visto como un ejemplo de coexistencia religiosa, enfrenta actualmente una crisis multifacética que incluye un colapso económico, la devastadora explosión del puerto de Beirut en 2020 y recientes conflictos con Israel. Vincent Gelot, director para Líbano y Siria de l’Oeuvre d’Orient, ha señalado que el pueblo libanés espera un mensaje claro y directo a la élite del país, así como acciones concretas para abordar los problemas urgentes.
La visita a Líbano incluye varios eventos importantes, como un encuentro con jóvenes, una misa al aire libre que se espera atraiga a miles de personas y una oración en la zona del puerto de Beirut, en memoria de las más de 220 víctimas de la explosión. Además, el Papa tiene previsto visitar un hospital psiquiátrico administrado por monjas franciscanas, destacando así el papel crucial de las instituciones religiosas en la prestación de servicios esenciales en el país.
Un aspecto clave de la visita a Líbano es el intento de reafirmar el papel del país como un modelo para Oriente y Occidente. Para ello, se ha organizado un encuentro interreligioso en el centro de Beirut, buscando fomentar el diálogo y la cooperación entre las diferentes comunidades religiosas.
En Turquía, además de la conmemoración del Concilio de Nicea, el Papa León XIV tiene previsto reunirse con el presidente Recep Tayyip Erdogan en Ankara y visitar la Mezquita Azul en Estambul. Estas reuniones buscan promover el diálogo entre la Iglesia Católica y el Islam, en un esfuerzo por construir puentes de entendimiento y cooperación.
La conmemoración del Concilio de Nicea es un evento central en esta gira, ofreciendo una oportunidad para subrayar la búsqueda de la unidad cristiana. Sin embargo, la ausencia del patriarca ruso Kirill, aliado del presidente Vladimir Putin, debido a la guerra en Ucrania, pone de relieve las tensiones existentes entre los patriarcados de Moscú y Constantinopla. El Vaticano ha optado por evitar gestos que puedan interpretarse como una provocación o un intento de reforzar la posición de Constantinopla en detrimento de Moscú, mostrando una postura cautelosa en medio de las divisiones geopolíticas.
En resumen, la gira del Papa León XIV por Turquía y Líbano es un viaje cargado de significado, que busca promover la unidad cristiana, fomentar el diálogo interreligioso y llevar un mensaje de paz a una región marcada por conflictos y tensiones. Su éxito dependerá de su capacidad para navegar por las complejidades políticas y religiosas de la región, y de su habilidad para inspirar esperanza y promover la reconciliación.
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