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El Panameño de A Pie Quiere Sentir el Canal en su Día a Día, por Aldo López Tirone

El Panameño de A Pie Quiere Sentir el Canal en su Día a Día, por Aldo López Tirone

El Canal de Panamá es, sin duda, el símbolo más importante de nuestra soberanía y uno de los mayores generadores de riqueza para el país. Sin embargo, a pesar de los ingresos millonarios que produce, existe una percepción creciente en la sociedad panameña de que esos beneficios no se ven reflejados en la calidad de vida de los ciudadanos. La pregunta que muchos se hacen es: ¿Por qué las riquezas que genera el Canal no impactan de manera directa el día a día de los panameños?

Desde su construcción hasta su transferencia a manos panameñas, el Canal de Panamá ha sido un testimonio de lucha, sacrificio y orgullo nacional. Miles de panameños derramaron su sangre por la causa canalera, y fue gracias a la visión y determinación del General Omar Torrijos que logramos recuperar el control sobre esta vía interoceánica mediante los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977. Torrijos lo dejó claro: “El Canal debe ser del mayor beneficio colectivo posible para los panameños”.

La Percepción de Desigualdad Persistente

Hoy en día, muchos ciudadanos sienten que las riquezas del Canal están siendo aprovechadas principalmente por un pequeño grupo de familias de siempre, una casta oligárquica que ha estado presente en los negocios más importantes desde hace más de 120 años. Esta percepción de desigualdad genera frustración y desencanto en la población, que espera ver un mayor impacto positivo en sus vidas.

La riqueza que genera el Canal debería traducirse en mejores servicios públicos, infraestructura de calidad, acceso a educación y salud digna, y oportunidades reales de empleo y emprendimiento. Lamentablemente, la falta de transparencia en la gestión de estos recursos y la corrupción endémica que afecta a las instituciones del país han impedido que el Canal sea verdaderamente el motor de desarrollo que Panamá necesita.

La Lucha Generacional y el Legado Torrijista

La historia del Canal es también una historia de lucha generacional. Desde los primeros movimientos patrióticos hasta las protestas estudiantiles y las acciones de los gobiernos panameños, la recuperación del Canal fue un objetivo que unificó a toda una nación. No podemos olvidar los sacrificios realizados para lograr esta victoria, ni el compromiso de Omar Torrijos de que el Canal serviría al mayor interés colectivo.

El legado torrijista debe mantenerse vivo. La generación actual tiene la responsabilidad de garantizar que los beneficios del Canal lleguen a todos los panameños, especialmente a aquellos que más lo necesitan. Es hora de que el Canal se convierta en un verdadero ejemplo de equidad y prosperidad compartida.

La Amenaza a la Soberanía: Un Recordatorio de Vigilancia

En momentos recientes, han surgido preocupaciones sobre la soberanía panameña y el control del Canal. Las declaraciones del ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sugiriendo la posibilidad de que su país recupere el control de la vía interoceánica, deben servir como un recordatorio de la importancia de mantener nuestra soberanía.

Estas amenazas externas nos recuerdan que el Canal debe ser un elemento unificador para los panameños. Más allá de cualquier diferencia política o ideológica, la defensa del Canal y la garantía de que sus beneficios lleguen a todos los ciudadanos deben ser prioridades nacionales.

Hacer del Canal Parte del Día a Día

El verdadero reto es lograr que las riquezas generadas por el Canal se reflejen en la vida cotidiana de los panameños. Esto implica:

  • Mayor transparencia en la gestión de los fondos del Canal: Es fundamental que los ciudadanos sepan cómo se utilizan los recursos provenientes del Canal y que haya rendición de cuentas clara.
  • Programas sociales financiados con los ingresos del Canal: Invertir en educación, salud, vivienda y empleo debe ser una prioridad para garantizar que todos los panameños se beneficien de esta riqueza.
  • Iniciativas de desarrollo comunitario: Crear proyectos que impulsen el desarrollo de las comunidades más vulnerables utilizando los fondos del Canal.

Como panameños, debemos exigir que el Canal sea una herramienta de progreso y bienestar para todos, no solo para unos pocos privilegiados. Es hora de que el sueño de Omar Torrijos se haga realidad y que el Canal sea del mayor beneficio colectivo posible.

En palabras de Torrijos: “Panamá no es un país chiquito, es un país grande porque tiene un pueblo grande”. Hagamos que esa grandeza se sienta en cada rincón del país, en cada hogar panameño, y que el Canal sea verdaderamente una fuente de orgullo y prosperidad compartida para todos.

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