IMPACTO PANAMÁ
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La Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de aprehensión contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y el líder militar de Hamás, Mohammed Deif, por crímenes contra la humanidad relacionados con el conflicto en Gaza, que ha dejado más de 44,000 muertos en 13 meses.
Acusaciones y reacciones internacionales
La CPI acusa a Netanyahu y Gallant de emplear el hambre como arma de guerra al restringir ayuda humanitaria, y de dirigir ataques deliberados contra civiles. Estas acusaciones, que ambos rechazan, han generado críticas en Israel, donde se califica la medida como un «precedente peligroso».
Netanyahu declaró que la decisión es «absurda y falsa», mientras que Gallant afirmó que la CPI alienta el terrorismo al socavar el derecho a la autodefensa de Israel. A pesar de que Israel no es miembro del tribunal, la orden podría limitar los viajes internacionales de los acusados y complicar los esfuerzos diplomáticos para un alto al fuego.
Crímenes imputados a Hamás
Por su parte, Mohammed Deif, líder militar de Hamás, enfrenta cargos por asesinato, tortura y toma de rehenes, tras los ataques del 7 de octubre de 2023, donde milicianos asesinaron a 1,200 personas en Israel y tomaron alrededor de 250 rehenes.
Implicaciones de las órdenes
Aunque los arrestos parecen improbables debido a la falta de capacidad de la CPI para hacer cumplir sus decisiones, estas órdenes representan un hito en la justicia internacional al incluir a un líder en funciones de un aliado occidental como sospechoso de crímenes de guerra. Francia, entre otros países, señaló que podría arrestar a Netanyahu si visitara su territorio.
Un conflicto devastador
La campaña israelí en Gaza ha causado estragos en el territorio, desplazando a casi toda su población de 2.3 millones de habitantes y llevando a niveles críticos de desnutrición y escasez de suministros médicos. Mientras tanto, Hamás celebró las órdenes contra los líderes israelíes, pero no comentó sobre las imputaciones contra Deif.
Esta acción de la CPI subraya la creciente presión internacional para abordar las acusaciones de crímenes de guerra en ambos bandos, en un conflicto que sigue cobrando un alto costo humano y político.
