IMPACTO PANAMÁ
Related Articles
El gobierno colombiano ha expresado su profunda preocupación ante las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, quien insinuó la posibilidad de acciones militares contra Colombia en el marco de la lucha contra el narcotráfico. A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia ha reiterado su «indeclinable compromiso» en la lucha contra este flagelo y ha hecho un llamado a la unidad de América Latina y el Caribe frente a cualquier intento de intervención externa que amenace su soberanía.
Las declaraciones de Trump, realizadas en la Casa Blanca durante un anuncio sobre una campaña naval y aérea contra el narcotráfico en el Caribe, sugieren la posible inclusión de Colombia en operaciones terrestres, una amenaza que ya había sido dirigida a Venezuela. El mandatario estadounidense acusó a Colombia de producir y vender cocaína a Estados Unidos, justificando así la potencial intervención militar. «Colombia, el país de Colombia, produce cocaína. Tienen plantas de fabricación, ¿de acuerdo? Y luego nos venden cocaína. Pero sí, cualquiera que haga eso y la venda a nuestro país está sujeto a ataques», afirmó Trump.
La respuesta de Colombia no se hizo esperar. La Cancillería rechazó enérgicamente «cualquier amenaza de agresión externa que vulnere la dignidad, la integridad del territorio y la soberanía del pueblo colombiano». Además, subrayó la necesidad de abordar las tensiones generadas por el sistema internacional de fiscalización de drogas, relacionándolas con derechos humanos, salud pública, medio ambiente, cuestiones de género y la protección de poblaciones vulnerables.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, extendió una invitación a Trump para visitar Colombia y presenciar de primera mano los esfuerzos del país en la destrucción de laboratorios de cocaína. Petro también advirtió que «Atacar nuestra soberanía es declarar guerra, no dañe dos siglos de relaciones diplomáticas». Esta declaración refleja la gravedad de la situación y la importancia de mantener la estabilidad en las relaciones bilaterales.
Cabe recordar que las relaciones entre Washington y Petro ya se encontraban tensas, tras la retirada del visado al presidente colombiano en septiembre y su inclusión en la Lista Clinton por el Departamento del Tesoro estadounidense, acusado, sin pruebas, de ser un «líder del narcotráfico».
Colombia, socio de la OTAN en Sudamérica y principal productor mundial de cocaína, enfrenta un desafío significativo. Según el informe anual de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), los cultivos de coca en el país alcanzaron un récord de 253.000 hectáreas en 2023, con una producción de cocaína que se disparó un 53 %, llegando a las 2.600 toneladas.
La preocupación por la situación se extiende más allá de las fronteras colombianas. El Papa León XIV también ha expresado su inquietud por la postura de Washington en la región, instando al diálogo y priorizando la presión económica sobre el conflicto militar, advirtiendo que una guerra perjudicaría principalmente a la población civil.
La controversia se agudiza con la reciente liberación del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico en Estados Unidos e indultado por Trump. Esta decisión ha generado fuertes críticas, cuestionando la efectividad de los esfuerzos de fiscales y autoridades estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico. El presidente del Parlamento hondureño, Luis Redondo, expresó su indignación, señalando la contradicción entre la persecución de los cárteles y la liberación de narcotraficantes sentenciados.
La situación actual plantea un desafío crucial para la diplomacia regional y la estabilidad de América Latina. La respuesta de Colombia y el llamado a la unidad latinoamericana son un claro mensaje de rechazo a cualquier forma de intervención externa y una defensa de la soberanía nacional.
