IMPACTO PANAMÁ
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La política panameña está siendo testigo de un intento burdo y peligroso de maquillar oportunismo con discurso moralista. La supuesta creación de una bancada independiente entre los diputados del partido MOCA y El Diputado Betserai Richards —presentada como una alianza de renovación política— es en realidad una estrategia cuestionable para inflar su poder dentro de la Asamblea Nacional, colándose por los pliegues de un sistema que dicen rechazar.
La reacción inmediata y contundente del Diputado Jairo «Bolota» Salazar, al presentar una demanda de inconstitucionalidad contra esta movida, no solo es válida, es necesaria. Porque lo que está en juego no es la simple formación de un nuevo grupo parlamentario, sino el respeto a la ley, al reglamento interno y al verdadero sentido de la representación democrática.
¿Independientes o expertos en disfraz político?
Los que hace apenas meses se presentaban como una nueva generación de “impolutos” —alejados del clientelismo y la politiquería tradicional— hoy ensayan las mismas maniobras que tanto criticaban.
¿Qué sentido tiene que MOCA, que ya es un partido político, y una diputada electa por una libre postulación que firmó con la bancada VAMOS, ahora formen una «nueva» bancada parlamentaria?
La respuesta es simple: ¡más puestos en las comisiones, más cuota de poder, más pantalla mediática!
¿Dónde queda la coherencia política?
¿Dónde está el respeto por el mandato popular y las reglas del juego legislativo?
La demanda de Bolota no es capricho, es defensa del orden institucional
Lo que ha hecho el diputado Bolota Salazar al elevar una demanda ante la Corte Suprema de Justicia no es más que levantar la voz por lo que millones de panameños reclaman: que se respete la institucionalidad. La Ley Orgánica de la Asamblea es clara, y no contempla una figura como esta.
No se puede permitir que partidos minoritarios y diputados individuales inventen bancadas al gusto del día solo para tener más sillas en la mesa de reparto del poder legislativo.
¿Nuevo liderazgo? No con viejas mañas
Panamá no necesita más disfraces. Necesita políticos con coherencia. Lo que hoy pretenden MOCA y Richards no es “renovación”, es oportunismo puro. No se puede clamar por transparencia en redes sociales y en la misma semana intentar doblegar el reglamento para obtener ventajas políticas.
¿Acaso esta “bancada espontánea” tiene una agenda legislativa real?
¿O es solo una fusión improvisada para pedir espacio, micrófonos y presupuesto?
Si permitimos esta jugada, mañana todo será posible
Hoy serán MOCA y Richards. Mañana, cualquier otro “trío circunstancial” podría formar su propia bancada temporal, fragmentando el poder legislativo en decenas de grupos sin cohesión, solo por beneficio propio. La Asamblea no puede ser un tablero de ajedrez donde cada peón juega por su cuenta.
La institucionalidad está en juego
Este editorial no se escribe por afinidad política. Se escribe porque hay que ponerle un alto a la incoherencia, al relativismo legal y al show político que socava la credibilidad de nuestras instituciones.
La Asamblea necesita reglas claras, no atajos creativos.
Y por eso, aunque a muchos les incomode, hoy decimos claro y fuerte: la demanda de Bolota tiene razón.
¡Basta de improvisaciones disfrazadas de independencia!
Panamá merece respeto, no astucias de laboratorio político
