IMPACTO PANAMÁ
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En Panamá hay un nombre que todavía causa temblores en los pasillos del poder, en las cúpulas empresariales y en los propios cuartos de guerra de los partidos políticos: Ricardo Martinelli.
El hombre del pueblo, el que cambió la forma de hacer política, el que caminó entre la gente sin miedo ni corbata, sigue siendo —a pesar de todo— el líder más querido y temido del país.
Hoy, un fallo judicial lo deja fuera del tablero político, pero en el corazón del pueblo sigue más vivo que nunca. Y es que Martinelli no necesita una boleta para ganar: ya ganó el cariño de la gente, esa misma que lo recuerda en las calles, con su inconfundible camisa blanca deportiva, símbolo de cercanía, transparencia y humildad.
Él no necesitaba de protocolos ni escoltas para mezclarse con la gente; bastaban sus “Zapatos del Pueblo” para recorrer el país de punta a punta, escuchando, resolviendo y construyendo.
El Presidente de la Calle
Mientras muchos se refugian en oficinas con aire acondicionado o en discursos preparados, Martinelli fue, es y será el presidente de la calle. El que llegaba sin avisar, el que metía las manos en el barro, el que entendía que gobernar no era hablar bonito, sino hacer.
Sus obras siguen siendo testimonio vivo de una gestión que, con aciertos y errores, marcó un antes y un después en la historia moderna de Panamá.
Hoy, los nuevos aspirantes a la presidencia intentan imitar su estilo, pero ninguno logra su esencia. Porque Martinelli no se construyó en una agencia de imagen: se forjó en el contacto directo con la gente, en el calor del pueblo que lo aplaude aún cuando el sistema intenta silenciarlo.
Los Zapatos del Pueblo
Su eslogan, “Los Zapatos del Pueblo”, no es casualidad. Representa la huella que dejó en cada panameño que vio cómo se podía gobernar con decisión y resultados. Esos zapatos —gastados de tanto andar— son el símbolo de una conexión que ningún tribunal puede romper.
Ricardo Martinelli no solo es un recuerdo; es un sentimiento. Y ese sentimiento hoy recorre las calles como un rumor imparable:
“Si lo dejaran correr, nadie le ganaría.”
El 2029, una Elección con Fantasma
A medida que el país se encamina hacia las elecciones del 2029, los nombres empiezan a surgir, los pactos a tejerse, las estrategias a ensayarse. Pero todos, absolutamente todos, miran por encima del hombro, esperando que el fantasma de Martinelli no vuelva a la contienda.
Porque si el Tribunal Electoral volviera a estampar su nombre en la papeleta, la historia estaría escrita antes de empezar.
Ricardo Martinelli es, sin duda, el Cuco de todos los aspirantes. El único político que, sin ser candidato, domina las encuestas, las conversaciones y la esperanza de millones.
El pueblo no olvida. Y si algún día la justicia le devuelve el derecho que el pueblo ya le dio, entonces Panamá volverá a escuchar una sola consigna:
“Con Martinelli, vuelven los Zapatos del Pueblo.”
