La economía uruguaya ha experimentado un crecimiento constante durante los últimos ocho trimestres, pero recientes datos sugieren una posible desaceleración. Según el informe de Cuentas Nacionales del Banco Central del Uruguay (BCU), el Producto Bruto Interno (PBI) creció un 2,1% en el segundo trimestre del año en comparación con el mismo período del año anterior. Este crecimiento se atribuye principalmente al desempeño de los sectores agropecuario e industrial. Sin embargo, al comparar con el trimestre anterior, el PBI solo aumentó un 0,4%, lo que indica una posible ralentización del ritmo de expansión.
El sector agropecuario destacó con un crecimiento del 10,6% en el segundo trimestre, impulsado por una mayor producción de cultivos de verano, especialmente soja y maíz. El aumento en la faena de ganado y la expansión de la producción de rolos para la industria de celulosa también contribuyeron positivamente. En cuanto a la industria, experimentó un crecimiento del 7,6%, principalmente debido a la actividad de refinación de petróleo, en comparación con el mismo trimestre del año anterior cuando la refinería de Ancap estuvo cerrada por mantenimiento. El incremento en la producción de celulosa, la actividad de los frigoríficos y la producción de lácteos también fueron factores importantes. La principal contracción se observó en el sector de energía eléctrica, gas y agua, con una caída del 7,9%, debido a una menor generación de energía hidráulica.
Economistas han expresado opiniones sobre esta desaceleración. Aldo Lema, economista, señaló en redes sociales que el crecimiento de la economía uruguaya se está desacelerando y que las proyecciones del gobierno de Yamandú Orsi para el crecimiento del año podrían ser optimistas. Lema sugiere que el crecimiento del PBI para 2025 podría estar más cerca del 2% que la estimación del 2,6% contemplada en el proyecto de Ley de Presupuesto. Otros economistas, como Sofía Harguindeguy de Grant Thornton, coinciden en que los datos confirman la continuidad del crecimiento, pero con señales de enfriamiento. Harguindeguy mantiene una proyección de crecimiento del 2,5% para el final del período.
Luciano Magnífico, de Exante, explicó que las exportaciones moderaron su ritmo de crecimiento debido a retrasos en las ventas de soja y otros cultivos de verano. Exante mantiene un pronóstico de crecimiento del PBI del 2% para este año, aunque advierte sobre posibles distorsiones negativas debido a problemas en el sector agropecuario y la parada de la refinería de Ancap. Gabriela Mordecki, de la Universidad de la República, reconoció la desaceleración, pero confía en el régimen de inversiones implementado por el gobierno para atraer nuevos actores al mercado. Mordecki señaló que las grandes obras se completaron en 2024, el último año del gobierno anterior.
En resumen, la economía uruguaya muestra signos de desaceleración tras un período de crecimiento constante. Si bien sectores como el agro y la industria continúan impulsando la economía, la contracción en otros sectores y las opiniones de diversos economistas sugieren que el crecimiento podría ser más moderado en el futuro cercano. El gobierno uruguayo sigue trabajando en atraer inversiones y fomentar el crecimiento económico a largo plazo, pero deberá enfrentar los desafíos que plantea esta desaceleración.