Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), insinuó la posibilidad de una ligera reducción en las tasas de interés en los próximos meses, aunque sin ofrecer una fecha concreta. En un discurso vigilado de cerca por la Casa Blanca y Wall Street, Powell advirtió sobre los riesgos de un aumento del desempleo y una inflación persistente, complicando la estrategia de la Fed.
Normalmente, la Fed reduciría las tasas para impulsar el empleo y las aumentaría para combatir la inflación. Sin embargo, Powell señaló que la estabilidad del desempleo permite a la Fed actuar con cautela al considerar cambios en su política. Esto sugiere que la Fed seguirá evaluando los datos de empleo e inflación antes de decidir si recorta las tasas, incluso en su próxima reunión del 16 y 17 de septiembre.
Powell añadió que, con la política monetaria en territorio restrictivo, la perspectiva base y el equilibrio cambiante de riesgos podrían justificar un ajuste en la postura política, una señal más directa de que está considerando un recorte de tasas. A pesar de esto, sus declaraciones sugieren que la Fed actuará con cuidado, basando sus decisiones en la evolución de la inflación y el desempleo.
Esta postura podría frustrar a los mercados financieros, que esperaban señales más claras, y al presidente Donald Trump, quien ha criticado a Powell por no bajar las tasas antes. Trump ha argumentado repetidamente que no hay inflación y que un recorte reduciría los pagos de intereses sobre la deuda del gobierno.
Powell habló en el simposio económico anual de la Fed en Jackson Hole, Wyoming, un evento que reúne a académicos, economistas y funcionarios de bancos centrales de todo el mundo. Sus comentarios se producen en un contexto donde los mercados anticipan en gran medida un recorte de tasas en septiembre, aunque estas probabilidades han disminuido recientemente.
Trump y sus aliados han intensificado sus ataques contra la Reserva Federal, incluso pidiendo la renuncia de una gobernadora de la Fed, Lisa Cook, tras acusaciones de posible fraude hipotecario. En su discurso, Powell subrayó que los aranceles están impulsando la inflación y podrían aumentarla aún más en los próximos meses. También sugirió que el mercado laboral no se está debilitando lo suficiente como para impulsar a la Fed a reducir los costos de endeudamiento.
“Los efectos de los aranceles sobre los precios al consumidor son ahora claramente visibles. Prevemos que estos efectos se acumulen en los próximos meses, con una gran incertidumbre sobre el momento y la magnitud de los mismos”, declaró Powell.
La inflación ha aumentado gradualmente en los últimos meses, aunque ha disminuido desde un máximo del 9,1% hace tres años. Los aranceles no han impulsado la inflación tanto como se temía, pero están empezando a elevar los precios de bienes importados como muebles, juguetes y zapatos. Los precios al consumidor aumentaron un 2,7% en julio respecto al año anterior, superando el objetivo del 2% de la Fed. Excluyendo alimentos y energía, los precios subyacentes subieron un 3,1%.
En cuanto al mercado laboral, Powell señaló que, aunque la contratación se ha desacelerado drásticamente este año, la tasa de desempleo se mantiene baja. Añadió que, con la fuerte caída de la inmigración, se necesitan menos empleos para mantener el desempleo bajo control. Sin embargo, con la desaceleración de las contrataciones, los riesgos de una recesión más aguda, con un aumento de los despidos, han aumentado.