Estados Unidos ha intensificado su lucha contra el narcotráfico en el Caribe con el despliegue de una importante fuerza militar y el inicio de operaciones contra carteles presuntamente controlados por el gobierno de Venezuela. La acción se desencadenó tras un ataque a una lancha en el sur del mar Caribe, supuestamente perteneciente a la organización criminal Tren de Aragua.
El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, anunció el inicio de esta campaña, subrayando la determinación del presidente Donald Trump de confrontar el narcotráfico de manera más agresiva que sus predecesores. En declaraciones a Fox News, Hegseth afirmó: «El presidente Trump está dispuesto a pasar a la ofensiva de maneras que otros no lo han hecho y a enviar esa señal clara al Tren de Aragua, el Cartel de los Soles y otros que emanan de Venezuela, no vamos a permitir este tipo de actividad».
El jefe del Pentágono describió la operación en la que murieron once presuntos «narcoterroristas» como una demostración de poderío militar estadounidense. «Tenemos activos increíbles y se están concentrando en la región. ¿Van a seguir traficando con drogas? Es un nuevo día, es un día diferente, y esos once narcotraficantes ya no están con nosotros, con lo que enviamos una señal muy clara de que Estados Unidos no va a tolerar este tipo de actividad en nuestro hemisferio», añadió.
En respuesta a las acusaciones de un alto funcionario venezolano sobre la autenticidad del video del ataque, Hegseth insistió en que las imágenes son reales. «Lo vi en vivo. Sabíamos exactamente quién estaba en ese barco. Sabíamos exactamente qué estaban haciendo y sabíamos exactamente a quién representaban: Tren de Aragua, una organización narcoterrorista designada por Estados Unidos, que intentaba envenenar a nuestro país con drogas ilícitas», aseveró.
El secretario de Defensa también reiteró las acusaciones contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, acusándolo de actuar como el «cabecilla de un narcoestado».
Este operativo representa el primer golpe militar directo de Estados Unidos en la región, utilizando una fuerza naval desplegada cerca de las costas venezolanas. Esta fuerza, compuesta por al menos siete buques de guerra, incluidos destructores con misiles, cuenta con el respaldo de un escuadrón anfibio, tres navíos y más de 4.500 efectivos, además de unos 2.200 soldados adicionales. Se trata del mayor despliegue naval desde la invasión de Panamá en 1989.
En respuesta a estas acciones, el presidente Maduro denunció que la verdadera intención de Estados Unidos es apropiarse de los recursos naturales de Venezuela. «Ellos vienen (…) por el petróleo venezolano, lo quieren gratis, por el gas», declaró Maduro.