En un contexto de crecientes tensiones regionales, Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el Mar Caribe con un entrenamiento nocturno de desembarco apoyado por el USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del mundo. Estas operaciones, según la Marina estadounidense, buscan fortalecer la seguridad regional y combatir el narcotráfico, especialmente ante las acusaciones contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Las maniobras nocturnas, capturadas en imágenes difundidas por la Marina, muestran el despliegue de aeronaves y la coordinación de las tripulaciones en condiciones de baja visibilidad. Personal especializado guía los despegues y aterrizajes con barras luminosas, asegurando el flujo continuo de operaciones en la cubierta del portaaviones. «La cubierta de vuelo nunca duerme», afirma la Marina, subrayando la constante actividad a bordo del USS Gerald R. Ford.
El despliegue del portaaviones, que previamente cruzó el estrecho de Gibraltar, representa el mayor movimiento naval estadounidense en el Caribe desde la Guerra del Golfo. Este movimiento estratégico se produce en un momento de alta tensión, con acusaciones de que estructuras vinculadas al «Cártel de los Soles» operan desde territorio venezolano, enviando cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos. Washington considera estas redes una amenaza directa para su seguridad y ha ampliado sus operaciones en la región.
Además de las operaciones aéreas, el Pentágono informó sobre ejercicios de desembarco anfibio del Cuerpo de Marines en Puerto Rico. Estas maniobras involucraron aerodeslizadores LCAC transportando tropas y vehículos, así como helicópteros UH-1Y y Apache. Unidades en vehículos Polaris MRZR también participaron en movimientos de aseguramiento e infiltración, demostrando la capacidad de respuesta de las fuerzas estadounidenses en la región.
El USS Gerald R. Ford, con una tripulación de aproximadamente 4.500 personas y capacidad para unas 70 aeronaves, es una plataforma de combate avanzada. Opera con energía nuclear y cuenta con un sistema electromagnético de lanzamiento de aviones, radares de última generación y misiles de autodefensa. La Marina estadounidense lo describe como el buque más capaz de su flota, marcando el inicio de una nueva clase que reemplazará gradualmente a los portaaviones Nimitz.
El despliegue del USS Gerald R. Ford al Caribe fue ordenado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, después de su salida del Mediterráneo oriental. Según un comunicado del Pentágono, la misión busca aumentar la capacidad de Estados Unidos para detectar, vigilar e interrumpir actividades ilícitas en la región, incluyendo el tráfico de drogas y otras amenazas a la seguridad regional.
Estas acciones demuestran el compromiso de Estados Unidos con la seguridad en el Caribe y su determinación para contrarrestar las actividades ilícitas que amenazan la estabilidad de la región. El despliegue del USS Gerald R. Ford y los ejercicios militares asociados envían un mensaje claro a Venezuela y a otros actores que puedan estar involucrados en actividades ilícitas.
IMPACTO PANAMÁ