Estados Unidos podría adquirir participaciones en más empresas, según el principal asesor económico de Trump. Tras el acuerdo con Intel, el gobierno podría extender esta práctica a otras industrias estratégicas. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, mencionó los planes de Trump para un fondo soberano como indicativo de esta nueva dirección.
En una entrevista reciente con CNBC, Hassett respondió a preguntas sobre el acuerdo con Intel, en el que el gobierno estadounidense tomará una participación accionaria del 10%. Se le preguntó si este acuerdo marcaba el inicio de una estrategia más amplia para invertir en industrias clave. Hassett respondió afirmativamente, sugiriendo que se avecinan más transacciones.
El acuerdo con Intel implica que el gobierno recibirá 433,3 millones de acciones comunes, representando una participación del 9,9% en el capital de la empresa. Esta inversión, valorada en 8.900 millones de dólares, se financiará en parte con subvenciones de la Ley CHIPS, aprobada durante el mandato de Joe Biden. Trump ha criticado esta ley, pero su administración parece estar encontrando nuevas formas de utilizarla.
Hassett defendió el acuerdo, argumentando que en el pasado, el gobierno federal simplemente regalaba dinero a las empresas. Con este nuevo enfoque, el gobierno recibe acciones a cambio, aunque estas acciones “no tienen derechos de voto”, asegurando que el gobierno se mantendrá al margen de la gestión empresarial.
Intel, por su parte, ha advertido sobre posibles riesgos derivados de la participación gubernamental. En una presentación ante valores, la empresa señaló que la participación accionaria del gobierno podría limitar su capacidad para obtener futuras subvenciones. También mencionó la incertidumbre en torno al momento de recepción de la financiación y el cumplimiento de las condiciones para obtenerla.
Otro riesgo señalado por Intel es el posible impacto negativo en su negocio internacional, debido a la presencia del gobierno estadounidense como accionista significativo. Los críticos del acuerdo temen que las decisiones comerciales puedan verse influenciadas por la política, afectando la viabilidad de la empresa.
En febrero, la administración Trump anunció planes para establecer un fondo soberano de riqueza. Este tipo de fondo, común en países con grandes excedentes de ingresos, se utiliza para invertir las reservas del estado y generar rendimientos a largo plazo.
Hassett explicó que el acuerdo con Intel surgió de “una circunstancia muy, muy especial debido a la enorme cantidad de gasto de la ley CHIPS que iba a recibir Intel”. Esta declaración sugiere que el acuerdo no es una política generalizada, sino una respuesta a una situación específica. Sin embargo, su insinuación de que vendrán más acuerdos, mantiene la incertidumbre y las expectativas.