La paciencia de los cubanos se agota ante la persistente crisis energética que azota la isla. Largos apagones, que en algunas zonas superan las 27 horas, han desatado un creciente malestar y provocado protestas, como la ocurrida en el municipio de Perico, Matanzas, donde un cartel con la imagen del presidente Miguel Díaz-Canel fue vandalizado con pintura negra.
Iván Hernández Carrillo, expreso político y secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba, describió la difícil situación que enfrentan los ciudadanos. “Los vecinos están muy disgustados porque tantas horas sin electricidad trae consigo que no hay agua potable”, explicó a Infobae. La falta de energía impide el funcionamiento de los sistemas de bombeo, dejando a la población sin acceso a este recurso vital. Además, los prolongados cortes de luz provocan la pérdida de alimentos, incluyendo la leche destinada a los niños, agravando aún más la ya precaria situación económica de muchas familias.
El incidente del cartel intervenido en Perico es un reflejo del hartazgo generalizado. “Concretamente, no fue una protesta. Los vecinos de esa localidad, de toda la provincia de Matanzas y -me atrevo a asegurarte- del país durante los últimos cuatro días, hemos visto agudizar el tema del corte del servicio eléctrico con más de 20 horas continuas y diarias”, señaló Hernández Carrillo. En el barrio Las Canteras, del mismo municipio, la situación es aún más crítica, con ocho días sin electricidad debido a una avería en un transformador.
Las autoridades han retirado el cartel dañado y la policía política ha iniciado una investigación para identificar a los responsables del acto vandálico, quienes podrían enfrentar cargos penales. Sin embargo, la raíz del problema reside en la grave crisis energética que afecta a Cuba.
La crisis se debe a una combinación de factores, incluyendo averías en las centrales térmicas, la escasez de combustible y la falta de divisas para importarlo. Actualmente, seis de las veinte unidades de producción termoeléctrica de la isla están fuera de servicio por averías o mantenimiento. Además, 36 centrales de generación distribuida se encuentran inactivas por falta de combustible, como diésel y fueloil.
La obsolescencia de las plantas, el desgaste tras décadas de uso y la falta de inversión son factores clave que contribuyen a la crisis. Expertos señalan la financiación insuficiente del sector, bajo control estatal desde 1959, como uno de los principales problemas. Se estima que el país necesita entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para recuperar el sistema eléctrico, recursos de los que actualmente no dispone.
Los apagones no solo afectan la calidad de vida de los cubanos, sino que también complican la ya delicada situación económica de la isla. El producto interno bruto disminuyó 1,1% en 2024, sumando una caída del 11% en los últimos cinco años, según cifras oficiales. La CEPAL proyecta que la economía cubana cerrará el año con un saldo negativo.
La crisis energética en Cuba se ha convertido en un detonante del descontento social. Los apagones prolongados, la escasez de recursos básicos y la falta de perspectivas de mejora alimentan la frustración de la población, que exige soluciones urgentes a esta situación insostenible. La intervención del cartel de Díaz-Canel es solo una muestra del creciente malestar que se vive en la isla.