El sector bancario brasileño se enfrenta a una tormenta perfecta: la sombra de una ley estadounidense y un aumento alarmante en los impagos sacuden la confianza del mercado. Las acciones de los principales bancos del país se desplomaron, perdiendo miles de millones en capitalización bursátil en un solo día, mientras los inversores evalúan el impacto de estos factores convergentes.
La reciente decisión de un juez del Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil ha desatado la incertidumbre. El fallo establece que las sentencias y sanciones procedentes del extranjero no tendrán efecto automático en Brasil, sino que deberán ser homologadas por la justicia nacional o mediante instrumentos de cooperación internacional. Aunque formalmente vinculada a procesos en el Reino Unido relacionados con desastres mineros, la medida se interpreta como un intento de limitar la aplicación de la Ley Magnitsky de Estados Unidos, que ha sido aplicada recientemente al juez del STF Alexandre de Moraes.
Temor a represalias estadounidenses
La preocupación entre los ejecutivos bancarios es palpable. Temen una confrontación directa entre las decisiones del STF y las posibles sanciones impuestas por Washington. Dado que todos los bancos brasileños tienen capital u operaciones en Estados Unidos, el riesgo de verse afectados por las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) es real. Estas sanciones, conectadas a la Ley Magnitsky, podrían tener un impacto devastador, afectando desde cuentas bancarias hasta contratos y líneas de crédito.
El precedente de la multa de 8.900 millones de dólares impuesta al banco francés BNP Paribas en 2014 por mantener relaciones con países embargados por Estados Unidos sirve como una advertencia sobre las consecuencias del incumplimiento.
La incertidumbre se agudiza por la ambigüedad en la aplicación de la Ley Magnitsky al caso brasileño. Si se interpreta que cualquier vínculo bancario con Alexandre de Moraes constituye una violación, instituciones como el Banco do Brasil, que gestiona el salario del ministro, podrían ser excluidas del mercado estadounidense.
El Banco do Brasil ha emitido un comunicado asegurando que opera en pleno cumplimiento de la legislación brasileña e internacional y que está preparado para abordar cuestiones complejas. Sin embargo, la estrategia generalizada entre los bancos es esperar nuevos acontecimientos y abrir un diálogo con las autoridades brasileñas.
Soluciones propuestas y rechazo del STF
Se ha propuesto a los jueces del STF la apertura de cuentas bancarias en cooperativas de crédito, que no están relacionadas con el sistema financiero internacional, como una posible solución. Sin embargo, esta medida ha sido rechazada por los jueces, quienes la consideran una «capitulación del STF y de Brasil».
Aumento récord de los impagos
Paralelamente a esta crisis, el sector bancario brasileño se enfrenta a un problema aún mayor: el aumento vertiginoso de los impagos. Según datos de Serasa, una de las principales agencias de crédito de Brasil, el número de personas y empresas en mora ha alcanzado niveles récord en 2025, con 77,9 millones de personas y 7,7 millones de empresas en mora.
El fin de los programas de renegociación de deudas en 2024 ha contribuido a este aumento. Las elevadas tasas de interés, con la tasa Selic en el 15% anual, también están ahogando a las familias y empresas, especialmente aquellas con financiación indexada a la inflación.
Incluso el sector agroalimentario, tradicionalmente estable, está experimentando una oleada de recuperaciones judiciales.
Críticas a la política económica del gobierno de Lula
Economistas también han criticado la decisión del Gobierno de Lula de solicitar al Congreso la exclusión de un paquete de ayudas a empresas afectadas por aranceles de EE.UU. del cálculo del objetivo fiscal, argumentando que reduce la transparencia y credibilidad del ancla fiscal.
En resumen:
- Los bancos brasileños se enfrentan a la presión de una ley de EE.UU. y un aumento récord de los impagos.
- La decisión judicial sobre sentencias extranjeras genera incertidumbre sobre la aplicación de la Ley Magnitsky.
- El sector bancario teme represalias de EE.UU. y busca soluciones.
- El aumento de los impagos agrava la situación financiera de familias y empresas.
- Se cuestiona la política económica del gobierno de Lula.
La situación es delicada y exigirá un gran esfuerzo por parte del sector bancario para navegar entre las presiones internas e internacionales y hacer frente a la creciente morosidad.