En las calles del centro de Medellín, entre el bullicio de los transeúntes y el aroma a café recién colado, una mujer se ha convertido en símbolo de esfuerzo, orgullo y transformación.
Su nombre es Andrea Rico, y aunque su herramienta de trabajo es un carrito de tintos, su verdadera misión va mucho más allá: empoderar a los emprendedores ambulantes y dignificar la economía popular.
De vendedora ambulante a líder comunitaria
Andrea comenzó vendiendo tintos hace varios años, como muchos colombianos que encuentran en el trabajo informal una oportunidad para sostener a sus familias. Sin embargo, su historia tomó un rumbo distinto: decidió convertir su oficio en una plataforma de liderazgo, inclusión y capacitación para otros vendedores.
“Vendo tintos en el centro de Medellín, pero también vendo esperanza”, dice Andrea. “Porque cuando uno trabaja con amor, cada día se convierte en una oportunidad para crecer.”
Desde su esquina en el corazón de la ciudad, Andrea ha logrado conectar con decenas de emprendedores informales, impulsándolos a organizarse, creer en su potencial y acceder a oportunidades de formación y formalización.
El tinto como símbolo de empoderamiento
En Medellín, el “tinto” —como se conoce al café negro tradicional— es más que una bebida: es parte de la identidad cultural, un gesto cotidiano de cercanía y conversación. Andrea lo ha convertido en su herramienta para inspirar y visibilizar la fuerza del emprendimiento callejero.
Su proyecto combina autogestión económica y transformación social, demostrando que la calle también puede ser una escuela de liderazgo y un espacio para construir comunidad.
“Mi meta no es solo vender café, sino sembrar autoestima y mostrar que todos tenemos derecho a emprender con dignidad”, afirma.
Formar, inspirar y transformar
A través de su labor, Andrea promueve el reconocimiento del trabajo ambulante como parte esencial del tejido económico urbano. Ha participado en programas de apoyo al emprendimiento local y colabora con iniciativas sociales que buscan capacitar a vendedores informales en temas de administración, atención al cliente y uso de herramientas digitales.
Su visión es clara: crear una red de emprendedores populares empoderados, que pasen de la informalidad a la independencia económica con respaldo institucional y orgullo propio.
Una historia que inspira
Andrea Rico representa una nueva generación de líderes sociales que demuestran que el emprendimiento no siempre empieza en una oficina, sino en la calle, con una idea, una sonrisa y mucha determinación.
Su historia inspira a cientos de colombianos a no rendirse, a reinventarse y a entender que el verdadero éxito está en compartir lo que se aprende con otros.
Desde su carrito de café, Andrea sigue sirviendo tintos… pero también sirve inspiración, resiliencia y esperanza a toda una comunidad que ve en ella un ejemplo de transformación real.