La creciente asertividad y presión del régimen chino en el Indo-Pacífico está logrando un efecto inesperado para Beijing: un acercamiento histórico entre Japón y la Unión Europea. Ante el incremento de las tensiones en el Mar de China Meridional y la presión económica sobre las cadenas de suministro, Tokio ha decidido acelerar un distanciamiento estratégico del gigante asiático, buscando en Europa un socio de seguridad y tecnología de largo plazo.
Japón: De la dependencia a la diversificación
Durante décadas, la economía japonesa estuvo profundamente ligada a China. Sin embargo, las recientes maniobras militares chinas cerca de aguas territoriales japonesas y el uso del comercio como herramienta de presión política han encendido las alarmas en el gobierno nipón.
- Seguridad Defensiva: Japón ha incrementado su presupuesto de defensa y busca interoperabilidad con potencias europeas.
- Tecnología Crítica: La alianza busca proteger sectores como los semiconductores y la inteligencia artificial, reduciendo la exposición a las sanciones de Beijing.
Europa: Un ojo puesto en el Pacífico
Para Bruselas, el Indo-Pacífico ya no es una región lejana. La Unión Europea ha entendido que la estabilidad en Asia afecta directamente la economía global y el orden democrático.
- Distanciamiento Estratégico: Siguiendo la tendencia del de-risking (reducción de riesgos), los países europeos ven en Japón un aliado con valores compartidos y una democracia estable frente a la incertidumbre que proyecta el régimen de Xi Jinping.
Un nuevo bloque de cooperación
Esta convergencia no solo es militar, sino también de infraestructuras y energía verde. La presión de China ha servido como el catalizador perfecto para que Europa y Japón dejen de ser socios distantes y se conviertan en un bloque cohesionado capaz de equilibrar la influencia del régimen chino en el escenario global.
IMPACTO PANAMÁ