Había una gran expectación en el entorno madridista por ver nuevamente a Franco Mastantuono desde el arranque. Sin embargo, su regreso a la titularidad en Talavera, tras 43 días de ausencia en el once inicial, no fue el «golpe sobre la mesa» que muchos esperaban. El joven argentino, que deslumbró en sus primeras semanas de blanco, se encontró con una realidad física y futbolística que aún demanda paciencia.
Un regreso gris en el Municipal El Prado
El escenario parecía ideal: libertad táctica, tiempo para decidir y un rival que, en teoría, permitiría al de Azul recuperar sensaciones. Pero las estadísticas reflejan un partido para el olvido: cero regates completados y ninguna ocasión generada.
Mastantuono se fue difuminando con el pasar de los minutos. Su mayor destello fue una jugada individual que terminó en el suelo al ganar la línea de fondo, un highlight insuficiente para un jugador de su categoría. La frustración fue evidente cuando se convirtió en el primer cambio de Xabi Alonso al minuto 66, dejando el campo con un gesto que resumía su sentir: una oportunidad perdida.
El freno de la pubalgia: Del «gen» al parón
Antes de su lesión, Mastantuono era el nombre propio del equipo. Con solo 18 años, su adaptación fue tan meteórica que fue titular en 9 de sus primeros 12 partidos. Su técnico lo describió entonces como un jugador con un «gen competitivo fundamental».
Sin embargo, el dolor en el pubis —que ya arrastraba desde el Mundial de Clubes con River Plate— se volvió insoportable con la exigencia del calendario europeo.
- El parón: Tuvo que frenar para recuperarse al 100%.
- La ausencia: Cuatro partidos de baja total y otros cuatro viendo el juego desde el banquillo antes de sus breves minutos en Mendizorroza contra el Alavés.
Paciencia y reconstrucción física
A pesar del paso en falso en Talavera, en el seno del Real Madrid impera la calma. Saben que un «diamante» de 63 millones de euros requiere un proceso cuidadoso. Durante su tiempo en el dique seco, el argentino ha realizado un intenso trabajo de core y tren inferior.
El objetivo es claro: ganar la estabilidad, potencia y resistencia muscular necesarias para que el pubis deje de ser un lastre. Se busca que Franco no solo vuelva a jugar, sino que vuelva a ser ese jugador desequilibrante capaz de encadenar esfuerzos a máxima intensidad. La remontada personal de Mastantuono ha comenzado, pero el camino hacia su mejor versión apenas está en la fase de cimentación.
IMPACTO PANAMÁ