En un giro estratégico que marca un retorno a la Doctrina Monroe, Estados Unidos bajo la administración Trump ha publicado su nueva Estrategia Nacional de Seguridad, un documento de 33 páginas que redefine la política exterior estadounidense, especialmente en lo que respecta a América Latina. El informe, divulgado este viernes (5 de diciembre de 2025), expone la clara intención de Washington de reforzar su influencia en la región, identificándola como un área prioritaria para la seguridad nacional.
La estrategia, impulsada por la visión «America First», prioriza la contención de las «migraciones masivas» y el control fronterizo como elementos centrales de la seguridad. Este enfoque se traduce en una política más agresiva hacia América Latina, incluyendo acciones contra supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, la búsqueda de un cambio de gobierno en Venezuela y la intención de controlar recursos estratégicos como el Canal de Panamá.
Un aspecto clave del documento es la aplicación de un «Corolario Trump» a la Doctrina Monroe, una política que busca consolidar la hegemonía estadounidense en la región, tradicionalmente considerada como su «patio trasero». Esta estrategia implica un reajuste de la presencia militar global de Estados Unidos, priorizando amenazas en el hemisferio occidental y alejándose de escenarios considerados menos relevantes.
Más allá de América Latina, la estrategia continúa identificando a China como el principal competidor de Estados Unidos, aunque con un mayor énfasis en la competencia económica. Si bien mantiene el apoyo al statu quo de Taiwán, insta a Japón y Corea del Sur a contribuir más en la defensa de la isla. Sorprendentemente, la estrategia presta menos atención al Medio Oriente, argumentando que el aumento de la producción de energía en Estados Unidos ha disminuido la importancia de la región. A pesar de esto, la seguridad de Israel sigue siendo una prioridad.
La estrategia también critica duramente a los aliados europeos, señalando una disminución de su participación en la economía global y una supuesta «desaparición de la civilización» debido a las tendencias migratorias. Washington incluso expresa su intención de respaldar a quienes se opongan a los valores promovidos por la Unión Europea, especialmente en materia de migración.
Las reacciones a la estrategia no se han hecho esperar. Alemania, a través de su ministro de Exteriores, Johann Wadephul, respondió que no necesita «consejos externos». Por su parte, la Comisión Europea evitó valorar el documento en detalle, aunque resaltó la estrecha vinculación entre la seguridad nacional de Estados Unidos y la de Europa en las últimas décadas.
En resumen, la nueva Estrategia Nacional de Seguridad de Estados Unidos representa un cambio significativo en su política exterior, con un enfoque renovado en América Latina, la contención de la migración, la competencia con China y una crítica abierta a sus aliados europeos. Queda por ver cómo se implementará esta estrategia y cuáles serán sus consecuencias para la región y el mundo.
IMPACTO PANAMÁ