IMPACTO PANAMÁ
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La economía de Washington se enfrenta a un nuevo revés debido al cierre del gobierno federal, sumándose a los recortes de fondos federales y un mercado laboral en dificultades. El Banco de Alimentos del Área Capital (Capital Area Food Bank) se prepara para un aumento en la demanda de ayuda alimentaria, exacerbado por la combinación del cierre gubernamental más largo de la historia, despidos masivos de trabajadores gubernamentales y un nuevo recorte en la ayuda alimentaria federal. Esta institución, que presta servicio a 400 despensas y organizaciones de ayuda en el Distrito de Columbia, el norte de Virginia y dos condados de Maryland, está proporcionando 8 millones de comidas más de lo previsto para este año presupuestario, lo que representa un incremento de casi el 20%.
Según Radha Muthiah, CEO y presidenta del grupo, la ciudad de Washington está siendo golpeada «especialmente duro» debido a la secuencia de eventos que han ocurrido a lo largo de este año. Decisiones de la administración Trump, como los despidos de trabajadores federales y la intervención policial en el distrito, han afectado la economía local. El cierre del gobierno, que ha dejado a trabajadores en licencia y ha pausado el financiamiento para asistencia alimentaria, solo profundiza el impacto económico.
Las cifras más recientes de la Oficina de Análisis de Ingresos de D.C. no reflejan los cambios en la fuerza laboral desde el inicio del cierre el 1 de octubre. Sin embargo, incluso el informe de empleos de septiembre muestra que la tasa de desempleo ajustada estacionalmente se mantiene en un 6%, en comparación con la tasa nacional más reciente del 4.3%, siendo la más alta del país durante meses.
Expertos advierten que el impacto a largo plazo del cierre en la economía regional se sentirá mucho después de que el gobierno reabra. Washington tiene la mayor proporción de trabajadores federales del país, aproximadamente el 20%, y alrededor de 150,000 empleados federales residen en el área. Cientos de miles de trabajadores federales en todo el país habrán perdido al menos dos cheques de pago completos debido al cierre.
Se estima que al menos 670,000 empleados federales están en licencia a nivel nacional, mientras que alrededor de 730,000 están trabajando sin remuneración, según el Bipartisan Policy Center. Durante el cierre, el número de empleados federales en el sistema de transporte de Washington ha disminuido en aproximadamente una cuarta parte en comparación con el número de pasajeros en septiembre.
Los restaurantes, que ya enfrentaban márgenes reducidos debido a la estacionalidad y al despliegue de miembros de la Guardia Nacional en las calles de la ciudad, se enfrentan a desafíos adicionales en un momento en que los propietarios esperaban una recuperación. Tracy Hadden Loh, investigadora de Brookings Metro, señala que la falta de pago está causando problemas de flujo de efectivo significativos para los trabajadores federales, lo que podría llevar a incumplimientos en hipotecas y préstamos estudiantiles. Para las empresas locales, especialmente aquellas que dependen del gasto discrecional de los trabajadores federales, podría exacerbar el impacto durante el trimestre de altas ventas de octubre a diciembre.
Pequeñas empresas están sintiendo la pérdida de ese gasto. Ryan Gordon, copropietario de The Queen Vic, un bar en el noreste de Washington, menciona que el negocio ha disminuido en un 50% en comparación con antes del cierre. Loh advierte que la limitación del gasto discrecional por parte de los hogares del área de D.C. podría empujar a muchas empresas locales a números rojos. La culminación del cierre, el recorte en los beneficios de SNAP y los despidos están afectando a hogares que nunca antes habían buscado ayuda.
Thea Price, despedida de su trabajo en el U.S. Institute of Peace en marzo, y su esposo, un contratista gubernamental que también perdió su empleo, se han visto obligados a vivir de ahorros, Medicaid y SNAP. Ante la falta de opciones para mantenerse a sí misma y a su familia, Price se muda a su ciudad natal en el área de Seattle. En el Capital Area Food Bank, la organización se prepara intensamente para la temporada navideña, esperando proporcionar 1 millón de comidas más de lo previsto este mes.
Muthiah advierte sobre las implicaciones a largo plazo de la crisis, con personas utilizando sus ahorros y fondos de jubilación para sobrevivir. «La gente está pidiendo prestado contra su futuro para poder pagar las necesidades básicas hoy», concluye.
