Estados Unidos está considerando seriamente la posibilidad de bombardear instalaciones militares en Venezuela, intensificando así la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Según informes de The Miami Herald y The Wall Street Journal, fuentes cercanas a la administración estadounidense indican que los ataques aéreos podrían producirse en cuestión de días, o incluso horas. Aunque la decisión final aún no ha sido tomada por el presidente, la amenaza de una intervención militar es real y palpable.
El objetivo principal de esta ofensiva, según las fuentes, es doble: presionar a Maduro para que abandone el poder y desmantelar el Cártel de Los Soles, una organización criminal vinculada al narcotráfico que opera en Venezuela. Los blancos potenciales incluyen puertos y aeropuertos controlados por los militares, que supuestamente se utilizan para el tráfico de drogas. Estas instalaciones, incluyendo bases navales y pistas aéreas, serían objeto de ataques aéreos precisos para interrumpir las operaciones del cartel.
La tensión aumenta en la región con el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande del mundo, que se dirige hacia las costas venezolanas. Este despliegue, anunciado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, se justifica como parte de una estrategia para combatir el narcotráfico en el Caribe y fortalecer la capacidad de intervención militar contra organizaciones criminales transnacionales. La operación no se limita al portaaviones, sino que incluye una flota ampliada con buques de asalto, un submarino, destructores y aeronaves de combate, incluyendo cazas F-35B y aviones de patrulla P-8, ya desplegados en la región. Se trata de la mayor movilización naval estadounidense en el Caribe desde la invasión de Panamá en 1989.
Este despliegue coincide con un incremento en las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. En las últimas semanas, el ejército estadounidense ha informado sobre la destrucción de varias embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, cerca de Venezuela y Colombia, lo que ha generado malestar en el gobierno venezolano, que acusa a Washington de “ejecuciones extrajudiciales”.
El Cártel de los Soles, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, está compuesto por altos mandos militares venezolanos que facilitan el envío de cocaína hacia el Caribe y Centroamérica. El gobierno de Maduro niega la existencia de este cartel, pero investigaciones judiciales en Estados Unidos y América Latina lo señalan como un elemento clave en la economía ilícita de Venezuela.
La situación es compleja y volátil. La amenaza de una intervención militar estadounidense en Venezuela es real, pero las consecuencias de tal acción podrían ser graves para la región. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, mientras que el gobierno de Maduro se enfrenta a una presión cada vez mayor tanto interna como externa.
IMPACTO PANAMÁ