El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo integral con el presidente chino, Xi Jinping, para poner fin a la prolongada guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. Estas declaraciones se produjeron a bordo del Air Force One, mientras Trump se dirigía a Asia para cumplir con compromisos oficiales.
Trump mencionó la posibilidad de lograr un acuerdo significativo durante su próxima reunión con Xi Jinping en Corea del Sur, programada para el jueves. «Creo que tenemos una muy buena oportunidad de alcanzar un acuerdo realmente integral», afirmó el mandatario, subrayando su confianza en un resultado positivo.
Antes del viaje de Trump, delegaciones de Estados Unidos y China se reunieron en Kuala Lumpur, Malasia, en un esfuerzo por frenar la escalada arancelaria que ha afectado el comercio bilateral. Un portavoz del Departamento del Tesoro describió las conversaciones del sábado como «muy constructivas» y anticipó que continuarían en los días siguientes. La reunión tuvo lugar en el edificio Merdeka 118, el segundo rascacielos más alto del mundo. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, representó al gobierno de Estados Unidos, mientras que el viceprimer ministro chino, He Lifeng, lideró la delegación china.
Según la agencia oficial Xinhua, las delegaciones discutieron «cuestiones económicas y comerciales», aunque no se proporcionaron detalles específicos sobre las propuestas que se debatieron. Las expectativas de avances clave se centran en la reunión entre Trump y Xi Jinping, que tendrá lugar en el marco de la próxima cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que comenzará el 31 de octubre. Ambos países buscan evitar una mayor escalada en la guerra de aranceles, que ha estado marcada por rondas sucesivas de sanciones y amenazas recientes.
En este contexto, Pekín anunció recientemente nuevas restricciones a la industria de tierras raras, materiales esenciales para los sectores tecnológico y de defensa. En respuesta, la Casa Blanca impuso aranceles del 100% a productos chinos como medida de represalia. Además, se anunciaron nuevas tarifas portuarias para embarcaciones de ambos países, lo que afecta directamente a los flujos comerciales marítimos. Este endurecimiento coincide con el aumento de la presión diplomática y económica tanto de Washington como de Pekín.
Antes de su viaje, Trump enfatizó que uno de sus objetivos centrales es lograr «un buen acuerdo» para resolver la confrontación comercial. Advirtió que, si no se registran avances, podría cancelarse la reunión bilateral planeada durante APEC. Trump también destacó la importancia de resolver la disputa, que ha impactado los mercados globales y las cadenas de suministro, un aspecto considerado prioritario por funcionarios estadounidenses para la agenda de la próxima semana.
El resultado de la reunión entre Trump y Xi Jinping es crucial para el futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, y para la economía global en general. La resolución de la guerra comercial podría traer alivio a las empresas y consumidores de ambos países, así como a los mercados financieros de todo el mundo. Sin embargo, si las negociaciones fracasan, la escalada de aranceles y restricciones podría tener consecuencias negativas significativas para la economía global.
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