En un anuncio que podría marcar un antes y un después en el conflicto palestino-israelí, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dado su visto bueno a la propuesta estadounidense para alcanzar una tregua en la Franja de Gaza y facilitar la liberación de rehenes. La declaración, realizada en una conferencia de prensa, ha generado expectativas y cautela a partes iguales en la comunidad internacional.
Trump enfatizó que, si bien Israel ha aceptado los términos del plan presentado por la Casa Blanca, aún falta la aprobación del grupo Hamás. “Si Hamás rechaza este acuerdo, Israel tiene mi apoyo total para destruirlos”, sentenció el mandatario, mostrando una postura firme y de respaldo incondicional a Israel en caso de un fracaso de las negociaciones.
El plan de paz propuesto, que fue revelado públicamente el lunes, establece un cese al fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes, tanto vivos como fallecidos, en un plazo máximo de 72 horas una vez que Israel acepte formalmente el acuerdo. Según el plan, la aceptación de ambas partes implicaría el fin inmediato de las hostilidades. Las fuerzas israelíes se retirarían a las líneas acordadas previamente, preparando el terreno para la liberación de los rehenes.
Una vez completada la liberación de los rehenes, Israel liberaría a 250 palestinos condenados a cadena perpetua y a 1.700 gazatíes detenidos tras el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023. Este punto, sin duda, representa uno de los aspectos más delicados y controvertidos del acuerdo, dado el historial de tensiones y la complejidad de las relaciones entre ambas partes.
Durante su declaración en la Casa Blanca, junto a Netanyahu, Trump calificó el momento como “un gran día, un día hermoso, potencialmente uno de los días más importantes en la historia de la civilización”. Añadió que se está “muy, muy cerca” de resolver problemas que han persistido durante siglos. Trump agradeció a Netanyahu por su colaboración y por “hacer un buen trabajo”, destacando la importancia de la cooperación bilateral para abordar la situación.
Trump amplió su perspectiva al afirmar que la resolución no se limita únicamente a Gaza, sino que abarca “mucho más allá de Gaza. Todo el asunto. Todo. Resolviéndose. Se llama paz en Oriente Medio”. Esta declaración sugiere una visión más amplia y ambiciosa para el futuro de la región, con la esperanza de una solución integral y duradera.
El anuncio de Trump ha provocado diversas reacciones. Si bien algunos celebran el posible avance hacia la paz, otros se muestran escépticos ante la viabilidad del acuerdo, especialmente ante la incertidumbre sobre la respuesta de Hamás. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, consciente de la fragilidad de la situación y la necesidad de un compromiso genuino por parte de todos los actores involucrados para lograr una paz sostenible.
La propuesta estadounidense, aunque ambiciosa, enfrenta numerosos desafíos. La desconfianza mutua, las diferencias ideológicas y las complejas dinámicas políticas internas de cada bando podrían obstaculizar el camino hacia la paz. No obstante, el acuerdo representa una oportunidad para romper el ciclo de violencia y construir un futuro más próspero y seguro para la región.